domingo, 23 de octubre de 2011

Libro: “Seres sobrenaturales y mágicos de Bolivia”



Una obra sobre el imaginario de las culturas locales, editada por Kipus.

Vivimos un momento histórico especial, en el que los pueblos indígenas interpelan a la sociedad y al Estado boliviano, y si bien la Constitución Política del Estado reconoce a las 36 naciones que habitan el territorio nacional, el clima político ha enrarecido la visión de la espiritualidad de nuestros pueblos indígenas que se encuentra en peligro de inminente extinción y puede que todo su maravilloso bagaje místico y mitológico quede convertido en fósiles culturales. La comprensión de los seres sobrenaturales, de los lugares sagrados y de las energías secretas y cósmicas que las definen, nos permitirá mirar integralmente la realidad que vivimos en nuestro país, tan diverso y tan único a la vez. 

Son 80 seres sobrenaturales o lugares mágicos. En algunos casos hay diferencias respecto a sus orígenes y formas, yo he optado por consultar mis recuerdos y reforzarlos con diccionarios y libros de investigaciones antropológicas de varios autores, para recrearlos e imaginarlos como ahora se los presento. Como me gusta escribir cuentos breves he optado por pequeñas descripciones sugerentes y me he tomado licencias poéticas para retratar o exponer a algunos de ellos, pero no alteran el fondo mismo de la esencia de estos seres sobrenaturales o lugares mágicos. Recordemos que sin el canto de los poetas, muchos mitos y leyendas no se hubieran difundido o, quizá, ni siquiera se hubiesen creado, porque la palabra crea el mundo y lo que en el sucede. En los espacios míticos, donde los pueblos desarrollan sus historias cosmogónicas, en este organismo mitográfico, la palabra posee personalidad propia, poder espiritual y mágico, sirve para encantar, para hechizar, para curar, para propiciar, bendecir y para maldecir a los seres humanos y animales. Las palabras sagradas nos hacen entrar en comunión con la divinidad, porque son la fragua de los sueños y la vida misma. En este espacio, los sueños y las palabras son hilos de un mismo tejido secreto e insondable. Por eso he mantenido los nombres en su idioma original, porque cuando se los invoca, con las palabras de otros tiempos, a estos nombres trashumantes, también se nomina a la magia primigenia con la que los pueblos indígenas se comunicaban con sus divinidades. Esas palabras, suspendidas en el tiempo, expresan la verdad misma de los seres sobrenaturales y lugares sagrados que representan. 

Nunca tenemos que olvidar a nuestros seres sobrenaturales y mágicos, benignos o malignos, que heredamos como un legado para el futuro, porque cuando el último de ellos desaparezca nuestra sensibilidad espiritual, nuestra humanidad, se habrá ido con ellos.

(FUENTE: lostiempos.com)

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