domingo, 16 de octubre de 2011

Brujería entre los paramilitares colombianos



El periódico colombiano El Espectador difundió la historia de este artista que formó parte de una de las comisiones de desmovilización de los paramilitares que viajó por el Llano y Nariño en 2004. Licona llevaba su cámara a cuestas y descubrió las uñas negras. En los próximos días inaugurará una muestra fotográfico de aquella travesía. 

Muchos de esos hombres, jóvenes, indios, señores paramilitares que llegaban a su campamento aparecían con las uñas pintadas de negro. Según narra el diario, no dejaba de ser extraño para él ver esa práctica en un contexto rural. Algunos tenían ambas manos pintadas. Otros, sólo el dedo meñique ostentaban una larga y oscurísima uña. Otras estaban completamente oscurecidas por lo que parecía una resina. 

Lo que Paulo Licona estaba poniendo en imágenes eran los indicios de una práctica conocida como cruzados. Un ritual de brujería que ayuda a los armados a sobrevivir en la batalla, que los ayuda a lidiar con el infierno de "los espíritus" de tanta barbarie.

"El cruce entre brujería y violencia no es extraño", asegura para El Espectador Carlos Alberto Uribe, director del Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes y autor del estudio "Magia, brujería y violencia en Colombia". 

"Este fenómeno no comienza con el paramilitarismo. De hecho, se puede rastrear la pista de este entrecruzamiento en la época de la violencia. Hay documentos que también demuestran que en la Guerra de los Mil Días se valieron de protecciones mágicas frente a la muerte. Lo que pasa es que la violentología oficial no mira estos fenómenos residuales y no sabe muy bien qué hacer con ellos", explicó.

Detalló que los que estaban cruzados iban adelante en el combate, porque el rito los hacía poder escapar de las balas. Que era una resina natural. La práctica incluye sacrificios para ser un cruzado. Algunos hablaron de un muerto al mes. Otros mencionaron complicadas y oscuras prácticas en las que la sangre de un gato se bebía. Todos aseguraban que las uñas negras los hacía fácilmente identificables. 

Uribe, afirma que el conflicto y el caos social ofrecen un escenario privilegiado para el desempeño de lo brujesco. "La brujería es el foro de lo que no se puede decir de otro modo. Representa también una forma de adquirir poder en un contexto de desorden social: "La brujería nace de la desmesura, de la no conformidad, del conflicto, del rechazo a aceptar las restricciones propias de lugar que uno ocupa en la sociedad". 

(FUENTE: america.infobae.com)

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