Atletismo: la maldición del 'Daily Programme'

Lo que empezó siendo una mera anécdota comienza a convertirse en una maldición. Cada mañana la organización del Mundial publica una guía, el 'Daily Programme', en la que resume los eventos del día anterior y expone la agenda de la jornada. En su portada siempre figura la foto del gran protagonista del día. Pues resulta que en las tres jornadas transcurridas dicho protagonista siempre fracasa. 

Ocurrió el día de la inauguración cuando el australiano Hooker, campeón olímpico de pértiga, se quedaba fuera del Mundial a las primeras de cambio con tres intentos nulos en la clasificación. Nadie dio más importancia que la que merece una simple coincidencia. 

Sin embargo, el domingo Bolt centraba también la atención del 'Daily Programme'. El jamaicano, llamado a ser la gran estrella de estos mundiales, sorprendía a propios y extraños con una salida nula que le dejaba sin poder defender su reinado de los 100 metros. El runrún de comentarios sobre el gafe de la publicación oficial comenzó entonces a generarse. Entre bromas muchos atletas comenzaban a hacer hincapié en el tema. 

De hecho, Pablo Villalobos, ese maratoniano con alma de escriba que hace ver a sus seguidores cómo es el mundo del atletismo desde dentro a través de su blog, ya comentaba: "La maldición del Daily Programme".

Tercera jornada en Daegu y una foto del vallista cubano afincado en Guadalajara, Dayron Robles, ilustraba la publicación. El guantanamero ganaba la final y lo festejaba en la pista. Parecía que la maldición se quebraba. Sin embargo, la reclamación del equipo chino dejaba a Robles descalificado y sin medalla. El gafe del 'Daily' que pudo con Hooker y Bolt también se llevó por delante al cubano.

"¿Quién será el protagonista en la cuarta jornada?", se cuestionaba Villalobos en su blog. "Yo estaría temblando", apostilla el extremeño. El privilegio, o desgracia según se mire, le correspondió a otra pertiguista. Yelena Isinbayeva. Pues bien, la rusa, dominadora absoluta de su especialidad, sucumbió a la 'maldición' al no estar ni siquiera en el podio. Cuatro de cuatro. 

(FUENTE: marca.com)