Que los jugadores de fútbol son cabaleros no hay duda, y sobre todo los que integran la selección chilena en la Copa América.
Son varias las cábalas que siguen los dirigidos por el técnico Claudio Borghi en Mendoza, como escuchar la misma música el día del partido, comer el mismo plato, llamar a algún familiar o vestirse con la misma ropa del anterior triunfo.
Pero también hay una que todo el plantel respeta, tal como si fuera un verdadero ritual. Nadie se puede salir del libreto, es más, la seriedad con que se realiza es total.
Y no es una cábala muy rebuscada, sino que todo lo contrario. La cosa es simple: Cada miembro del plantel se sienta en el mismo puesto del bus que los traslada por tierras mendocinas y el orden de descender de la máquina no sufre nunca un cambio.
Todo esto se puede observar cuando el equipo llega a los entrenamientos al Club Andes Talleres, al hotel de concentración o para cada partido.
En el primer piso del bus se mantiene inamovible todo el cuerpo técnico, el staff de comunicaciones y utilería. Borghi y el preparador físico, Hernán Torres, nunca están separados.
En la segunda planta va todo el plantel. Aquí el grupo lo encabezan Alexis Sánchez y Humberto Suazo, quienes ocupan el sector derecho del bus. En tanto, Carlos Muñoz y Felipe Gutiérrez van en el lado Izquierdo.
En los últimos asientos, siempre los mismos: Arturo Vidal, Gary Medel, Marco Estrada y Esteban Paredes.
Y al descender de la máquina la escena es siempre la misma: luego de bajar toda la "plana superior" el primero en dejar el medio de transporte es Suazo, ningún otro puede violar la línea, así por lo menos se ha visto durante estos 17 días que lleva el plantel en Mendoza.
El segundo del "desfile" es Sánchez, después aparece Muñoz y sigue Gutiérrez...Cierra el grupo Jean Beausejour, quien siempre levanta su mano derecha para saludar a los entusiastas hinchas.
El regreso al bus es otra historia…la cábala se rompe por completo.
(FUENTE: emol.com)
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