La editorial Melusina acaba de publicar Criptozoología. Cazadores de monstruos, un estudio exhaustivo y documentado sobre la criptozoología, la ciencia que estudia animales ocultos, aún descatalogados. Aquí encontraremos animales mitológicos de la época de la Grecia clásica, como la mandicora -cuerpo de león, cara de hombre y cola de escorpión-, el basilisco -mitad serpiente, mitad gallo. Su aliento podía helar la tierra y su mirada resultaba mortal-, la hidra -con siete cabezas, la del centro era mortal. Cada cabeza que se le cortaba engendraba dos-; el grifo -mitad león, mitad águila-, etc. Esa creencia de los griegos en la existencia de seres extraños tiene, en parte, una explicación. Los hallazgos de huesos enormes, seguramente pertenecientes a dinosaurios extintos, los asociaban a gigantes, a seres mitológicos, héroes de su pasado reciente.
El libro también recoge las leyendas que hablan de la existencia de los dragones. Incluso en el año 1979 un británico, Peter Dickinson, aún creía en la existencia real de estos seres. La física, en cambio, nos dice lo contrario. Suponiendo que un dragón pesara 9.000 kilos y que tuviera una capacidad de sustentación similar a la de una abeja (que puede levantar 170 gramos por cada centímetro cuadrado de ala) el dragón debería tener una envergadura de 180 metros entre los extremos de sus alas desplegadas para poder volar. El autor de este libro, Rafael Alemañ, también nos habla de leyendas medievales como la del unicornio.
Exploración y ciencia
El avance del siglo XIX y la exploración de los continentes por parte de las potencias europeas borraron gran cantidad de estos mitos y leyendas. No sólo se demostró la inexistencia de los gigantes, sino también de otros seres imaginarios, como los andróginos (mitad hombre, mitad mujer), los parvini (hombres con cuatro ojos), los cinocéfalos (hombres con cabeza de perro), acéfalos (sin cabeza), cíclopes (con un ojo), etc. Es en esta época cuando la clasificación del reino animal se realiza subdividiendo a sus miembros en especies, géneros, familias, órdenes, clases y troncos. La ciencia pondrá a cada animal en su sitio.
Monstruos abisales
El libro también nos habla de seres que sí existen pero son difíciles de ver. Casi todos ellos viven al fondo de los océanos. Nos referimos a los grandes cefalópodos, pulpos gigantes y, fundamentalmente, a los grandes calamares, el kraken, conocido con el nombre científico de Architeutis. Aún no se ha conseguido grabar a ninguno de estos animales en vida, pero sí se han encontrado restos en el mar o en las costas, por lo que se puede deducir su enorme tamaño. Sus tentáculos pueden llegar a los 15 e incluso 20 metros. Hay cientos de testimonios de marineros que han visto a estos animales, incluso han sufrido su ataque.
Las serpientes marinas son otro grupo de seres misteriosos. Hay muchas catalogadas, de un tamaño de uno a dos metros normalmente, la mayoría venenosas. Algunos testigos aseguran haber visto ejemplares enormes, de más de 20 metros de largo. Estas serpientes también han atacado barcos y acabado con la vida de algunos marineros.
Podemos continuar hablando de otros animales extraños, como las súper anguilas, de tamaño comprendido entre los 10 y los 30 metros con las que se podría preparar un extraordinario guiso marinero.
Hay un capítulo dedicado al famoso monstruo del lago Ness de Escocia. Rafael Alemañ incluye algunos de los testigos y las supuestas pruebas más famosas. Desde 1930 hasta el año 2000 se ha recopilado más de 12.000 testimonios directos de personas que dicen haber visto el monstruo.
Alemañ dedica otro capítulo al yeti, el famoso hombre de las nieves.
Son, en definitiva, cientos de animales, de monstruos, muchos de los cuales son sólo fruto de la desbordante capacidad inventiva del hombre, pero otros, en cambio, habitan nuestras océanos, nuestras selvas, viven ocultos en las cumbres más recónditas, allá donde sólo llega la imaginación.
(FUENTE: suite.101.net)
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