martes, 4 de enero de 2011

El gobierno de Rumania ahora sí cree en las brujas



El conde Drácula sería un hombre respetable en la Rumania actual, donde se va a castigar a brujas o adivinas con una pena más del siglo XXI que de la Edad Media: pagarán impuestos.

El gobierno rumano anunció la semana pasada que a partir de ahora reconoce como profesiones oficiales las de “adivino, astrólogo y practicantes asimilados”.

Estos nuevos oficios se publicaron en el boletín oficial del Ejecutivo en la categoría de “servicios personales”, junto a otros como profesor de auto-escuela, embalsamador o criado.

Así, las brujas del país que creó el mito del oscuro conde que chupaba la sangre de sus víctimas, no tendrán que ejercer sus conjuros escondidas y podrán predecir el futuro legalmente.

El gobierno rumano no trata de dar salida a nuevas ideas para afrontar la crisis económica, sino precisamente que estas personas ayuden también a la economía pagando impuestos por los ingresos que obtienen con sus actividades.

La prensa rumana se planteaba la semana pasada una duda: “¿tendrán que emitir una factura por sus servicios que serviría como certificado de garantía?”. Si un electricista nos arregla la casa y a los dos días se rompe la nueva instalación, la factura nos sirve para reclamar que corrija los desperfectos. Si la adivina predice un hecho que luego no sucede, ¿se le podrían exigir responsabilidades legales por su error? El gobierno no lo ha aclarado.

La agencia Reuters contaba que varios diputados del Partido Democrático Liberal, el gobernante PDL, pretendían desde septiembre aprobar un proyecto de ley por el que los videntes estarían obligados a pagar impuestos. Al final, los diputados renunciaron porque, según la misma fuente, fueron objeto de amenazas de “maldiciones”.

El gobierno decidió seguir adelante y la nueva legislación entró en vigor el primer día del año nuevo. Y a pesar de las risas provocadas, Bucarest piensa mantenerla.

Se trata de que todos los profesionales paguen impuestos. O, más bien, de que todo el mundo pague impuestos. Aunque para eso haya que llamar “profesión” a la brujería y la lectura de cartas, bolas de cristal...

Bratara, una bruja rumana, dijo al sitio de Internet www.realitate.net que planea ya un hechizo con pimienta negra y levadura que creará la discordia en el seno del gobierno rumano. En tiempos de crisis financiera, Rumania se enfrenta también ahora a las pócimas mágicas.

(FUENTE: clarin.com)

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