jueves, 2 de diciembre de 2010

Llega La montaña sagrada, el filme más maldito de Alejandro Jodorowsky



Alejandro Jodorowsky es responsable de varias películas inclasificables en los años 70, pero dentro de su propia filmografía hay trabajos que se superan en su marginalidad. A La montaña sagrada, de 1973, le corresponde el extraño honor de ser la más rara entre las cintas del realizador nacido en Tocopilla hace 81 años.

Estrenada en el Festival de Cannes de 1973, La montaña sagrada también tuvo una circulación limitada en San Francisco y Nueva York, centros de la contracultura estadounidense en la época. Luego, interminables problemas de derechos y líos con productores la mantuveron fuera de exhibición hasta que en el 2007 una lujosa edición en DVD la puso otra vez en el escaparate.

Ahora, el filme se exhibe por primera vez en el país en su versión restaurada en el marco del Séptimo Festival de Cine y Documental Musical In-Edit Nescafé, que va del martes 7 al domingo 12 de diciembre en cinco sedes de Santiago. El largometraje dirigido, protagonizado y escrito por Jodorowsky se dará el sábado 11 a las 23.15 en el Centro Arte Alameda.

La montaña sagrada es un crisol de las múltiples creencias de Jodorowsky. Se inspira libremente en la Subida al monte Carmelo del religioso y poeta renacentista San Juan de la Cruz, pero también en El monte análogo (1944) del surrealista francés René Daumal.

Influido por el místico boliviano Oscar Ichazo, Jodorowsky pasó tres meses en su casa preparando la película junto al elenco. En esta instancia consumió LSD como método de exploración espiritual y sus actores ingirieron hongos alucinógenos.

La película cuenta la búsqueda de la inmortalidad de siete persomajes guiados por quien se hace llamar El Ladrón. La acción transcurre en varias localidades mexicanas y abundan escenas de sacrificio animal. Una de las más sangrientas es una batalla entre ranas e iguanas, representando respectivamente a españoles y aztecas.

Impresionados por su anterior filme El topo (1970), John Lennon y George Harrison se convirtieron en fans adelantados de Jodorowsky y a través de un financista amigo (Allen Klein) ayudaron a producir esta película, en ese momento una de las más caras jamás realizads en México.

(FUENTE: diario.latercera.com)

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