Bibian Arango y su mala suerte con los traseros (2)

Por: Reynaldo Silva Salas.

Lo dije hace no mucho en este año pero, como dice el refrán “gallina que come huevo,…” en fin, pero en este caso, no solamente vale decir que la “vidente” colombiana Bibian Arango no solamente ha demostrado que este 2010 fue definitivamente malo para ella en asunto de traseros, sino que la nota reseñada por radioprogramas del Perú con respecto a su último “desliz” en el tema no solamente llama a la extrañeza, si no que insta a llamar la atención ya de una buena vez a ingenuos creyentes y a falsos esotéricos del tres al cuarto.

Y es que salir con el cuento de la supuesta “videncia” por medio de las nalgas es una cosa,… pero de ahí a denunciar que le han robado una computadora portátil con “fotografías del trasero de sus clientes” no solo nos lleva a sospechar del mal uso de las agencias noticiosas, por medio del morbo, para ver su nombre apareciendo en los medios de prensa.

Aún ni se sabe si es cierto o no lo que afirma: que eran fotos de traseros de famosos personajes de la farándula limeña, quienes así se prestaron a “que vean su futuro”,… sabemos que la mal llamada farándula limeña no se precia de ser muy culta y obviamente, de que hay que ser altamente ingenuo para acceder a entregar o dejarse fotografiar el “derriere” muy alegremente para que una dizque adivina “analice” la foto, sobre todo con todas las implicaciones que un acto así puede causarnos en estos tiempos de la Internet, y debo decir que sinceramente, tampoco creo mucho en la preocupación de la Arango en que las fotos en cuestión sean utilizadas para chantajes por gente de mal vivir,… a menos que fuesen fotos que no solamente muestran colas desnudas (y aún si las hubiese guardado con nombre y apellido); siendo bienpensado, sospecho que solo este asunto de colas perdidas no pasa de una pésima idea para buscar publicidad mediática (y ciertamente pésima idea ¿usted confiaría en alguien que pierde o le roban una foto semejante?)

Ahora, siendo malpensados, me pregunto: si ya se ha explicado hasta la saciedad (tanto por este humilde servidor como por expertos de diferentes países), que ver el futuro en las nalgas de la gente ES UNA FARSA, ¿porqué Bibian Arango sigue terca con eso de verle el c… a la gente?, la verdad es que el asunto ya excede al morbo habitual al que uno se acostumbra en estos tiempos: no se trata de rivalidad sino más bien de sentido común: en un mundo como el actual, saber de que alguien le pide a la gente desnudar esa parte del cuerpo y fotografiarla (si es cierto claro), para un “análisis de tu destino”, no solamente es sospechoso de mil maneras, sino que deja en entredicho la cordura y buenas costumbres que uno espera de una persona a la cual se le confían las intimidades de uno.

En ese aspecto este caso me hizo recordar algo que supe hace unos tres meses y que es bueno reseñar para que el amigo lector esté sobreaviso: una amiga argentina (yo me precio de no tener clientes, sino amigos), me advirtió de una página –y según ella, me avisó que no es una, sino muchas-, de videntes que uno puede encontrar en Internet, en la cual le hicieron una propuesta insólita: le exigieron una fotografía de sus partes más íntimas, para “analizar” asi, si podía ayudarle a ver si podía ayudarle a que regrese su ex pareja; al negarse ella de plano, la supuesta vidente insistió por medio de correos electrónicos y al poco, mi amiga descubrió que era un sujeto que se hacía pasar por mujer, con muy oscuros fines.

Asi pues, amigos lectores y lectoras, están advertidos de este tipo de estafa y abuso y Bibian Arango, sabemos que te cayó muy mal nuestro último artículo al respecto, pero ya sabes a lo que te puedes atener ante la opinión publica con este tema de las nalgas,… hay mucho pervertido y pervertida en este mundo y tratar de darle dizque credibilidad a la tremenda estafa de la “rumpología”, creada y existente sólo en la mente de la madre de Silvester Stallone, no nos hace nada bien a los que tratamos de poner seriedad en el mundo del esoterismo (al menos a los que nos lo tomamos en serio, no nos hace bien)