domingo, 12 de septiembre de 2010

Investigadora sostiene que la santería en Venezuela repuntó a finales de los 90


La expansión de la santería en Venezuela no es secreto para nadie, a finales de los años 90 y durante el nuevo milenio esta religión, que tiene su origen en la Yoruba de África, se destapó en el país y Caracas fue el epicentro más vistoso.

Youly Fuentes, investigadora y licenciada en artes, presentó este miércoles en el Celarg un cine foro denominado La Santería en Venezuela, Herencia del Mestizaje Cultural, y apuntó que una de las primeras impulsoras de la religión en el país fue Onelia Raimundo, durante los años 60.

No obstante, dijo que es entre los 90 y a partir de 2000 cuando la santería en el país vive un boom apoteósico, y explicó que la Carta Magna aprobada en 1999 influyó de manera tajante para que esta religión dejara de ser un tabú.

“Cuando la Constitución dice que somos un país pluricultural y que tenemos diferentes religiones, la santería empieza a tener más visibilidad y los creyentes salen a la calle con sus símbolos, su vestimenta blanca, sus collares, así como los católicos con su crucifijo, como los evangélicos, etc”, expresó.

Destacó que en el país existe una realidad social que está enmarcada en el lienzo de la multiplicidad ideológica, la pluralidad religiosa y la diversidad cultural, y llamó a la tolerancia y la comprensión del otro.

Fuentes tiene cuatro años investigando sobre el tema de la santería y desde 2008 ingreso la religión. Ahora usa una pulsera de color amarillo y verde que la identifica como Aleyo, uno de los escalafones que existen y que precede al de santero o babalao.

Indicó que la religión ha comenzado a verse como un movimiento lucrativo, desprestigiando su verdadera esencia, y añadió que si se está dentro de la santería “es para hacer bien”.

En ese momento, del público se paró un hombre vestido de blanco que se identificó como hijo de Yemayá y dijo: “El Orisha (el santo) no va a aceptar que uno haga mal. El santo me ha cambiado, y todo lo malo se paga. Aquí he aprendido a aceptar y respetar otras religiones, y soy más tolerante. Ahora vivo todo los días Maferefum Yemaya”.

(FUENTE: avn.info.ve)

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