viernes, 30 de julio de 2010

Casas embrujadas de España: La Casa Museo árabe de Cáceres


Los propietarios de la casa Museo Árabe de Cáceres (también conocido como Casa Museo Árabe "Yusuf Al Burch"), afirman que un fantasma se pasea por esta instalación, visitada a menudo por turistas. Este fantasma se manifiesta en forma de ruidos, pisadas en mitad de la noche, abrazos sin brazos, golpes en puertas y tabiques, ventanas que se abren solas o una enorme maceta de más de ocho kilos de peso que se mueve a su atojo en el patio. Según una médium, este fantasma es bueno y no quiere hacer daño a nadie…

Ángel de la Torre afirma que el espíritu se manifiesta a menudo pero recalca que, según una médium, es “bueno” y no quiere hacerles daño.

Un fantasma se pasea entre los visitantes de la Casa Museo Árabe ‘Yusuf Al Burch’ de Cáceres, según manifestó a Europa Press el actual propietario de la instalación, Ángel De la Torre. Ruidos, pisadas en mitad de la noche, abrazos sin brazos, golpes en puertas y tabiques, ventanas que se abren solas y una enorme maceta de más de ocho kilos de peso que se movía a su atojo en el patio son algunas de las manifestaciones, según sus propietarios, del fantasma que habita en el citado centro de la capital cacereña.

En las inmediaciones de la plaza de San Jorge, en Cáceres, se alza este viejo caserón de dos plantas, testimonio vivo de la historia y de las culturas de la ciudad extremeña, que ya es conocido popularmente entre los cacereños como “La Casa de los Muertos” y que saltó a la fama por los extraños sucesos que ocurrían en su interior.

Durante mucho tiempo, la casa permaneció abandonada y parecía avocada a la ruina, hasta que la familia De la Torre la compró y no tuvo ningún inconveniente en trasladar allí su residencia. Esta humilde familia cacereña, con José de la Torre Gentil a la cabeza, no tardó mucho tiempo en descubrir que algo muy extraño pasaba dentro de sus enormes muros de cantería.

En declaraciones a Europa Press, Ángel De la Torre, actual propietario del Museo e hijo de José, comentó que fue una noche de verano de 1984 cuando por primera vez él y su hermano sintieron la presencia del fantasma. Estaban durmiendo en la casa, cada uno tumbado en un colchón en el suelo debido a las altas temperaturas, cuando pudieron escuchar a la perfección unas fuertes pisadas que se acercaban a ellos parándose a su lado, junto al colchón.

Manifestaciones frecuentes
Ángel de la Torre aseguró que este espíritu se manifiesta “a menudo, sin previo aviso” causando el desconcierto de propios y extraños. De la Torre ha sentido muchas veces su presencia, pero no ha sido el único ya que su mujer e hijas afirman haber visto velas que se encienden solas y objetos que se caen sin que nadie los toque. Incluso varios visitantes han tenido que salir corriendo porque algo muy extraño les perseguía.

La fama de esta casa embrujada ha atraído hasta a Cáceres a varios medios de televisión y algún que otro médium. De la Torre destacó que, en una ocasión, se trasladó hasta Cáceres un equipo de televisión con Chico Ibáñez Serrador a la cabeza dispuesto a descubrir al fantasma. Llenaron las habitaciones de cámaras y micrófonos y, posteriormente, pudieron comprobar que una de las velas cobraban vida por arte magia y cómo una voz de mujer gritaba muy claro “ahora”.

En este sentido, apuntó que el hijo de Ibáñez Serrador quiso someterse a una sesión de hipnosis para profundizar aún más en la búsqueda y, cuando despertó, contó que había visto a una mora que se paseaba por las habitaciones de la casa y que, incluso, había llegado a tocarle.

Un espíritu bueno
Por su parte, una médium defendió, después de visitar el museo, que no debía tener miedo porque el espíritu que habitaba la casa “era bueno y no quería hacerles daño”. La médium aseguró estar viéndole en esos mismos instantes, de pie en el pasillo, y le describió como “una mujer joven, muy bella, de unos 40 años y vestida con una especie de kaftan”.

Su presencia también han podido sentirla los visitantes. Hace tan sólo unos días, una mujer tuvo que salir corriendo de la casa porque se asfixiaba. De la Torre recalcó que ellos pensaban que se había mareado por el olor del incienso, pero la mujer les dijo que pusieran “velas blancas” y no quiso continuar con la visita.

En Cáceres son muchos los que cuentan haber vivido una experiencia extraña dentro del museo. Policías que salen de la casa con el vello de punta o perros que se ponen excesivamente nerviosos. Ángel cree que el espíritu no quiere marcharse porque se encuentra a gusto.

De la Torre subrayó que ellos han tenido y tienen miedo, pero lo llevan lo mejor que pueden e incluso, él y su familia le dan los buenos días y las buenas noches al fantasma cada vez que entran y salen de la casa. “Lo llevamos lo mejor que podemos porque hay que seguir abriendo el museo”, concluyó.

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