Siete "poseídos" por jugar a la ouija en Yucatán

En la comunidad de Dzitás, se afirma que siete adolescentes, dos varones y cinco mujeres, sufren presuntamente una posesión diabólica. Aunque algunos habitantes informan del caso, familiares de las supuestas víctimas de la posesión diabólica guardan hermetismo al respecto.

Las presuntas víctimas son alumnos de la secundaria Adolfo López Mateos: Geni Dzul Dzib y Javier Alfredo Ku Hoil, de 15 años de edad, y otras a las que sólo conocen como Águeda, Inés, Sinahi, Selene y William, de entre 15 y 16 años.

En el pueblo circula la versión de que los siete adolescentes jugaron la ouija en el cementerio por la noche, aunque según otra versión la jugaron en casa de una amiga de Geni y que ésta es la dueña de ese tablero.

Anteayer, en Pisté, comisaría de Tinum, el párroco de Dzitás, Juan Ismael Sánchez Domenzain, dijo que la semana pasada seis jovencitas jugaron con “monedas de adivinación” en la escuela y “se les metió el diablo”.

En Dzitás se averiguó que una de las menores está muy afectada: convulsiona, saca la lengua “como serpiente”, se tira al piso, se retuerce, insulta y arremete físicamente contra su madre.

Esta menor incluso fue enviada al Hospital General de Valladolid pero ahí no pudieron sanarla. Se le envió a Mérida y todavía no hay indicios de que sane.

La abuela, a quien casi se le salían las lágrimas, y la hermana de esa menor no quisieron hablar sobre el estado de salud de Águeda, pero reconocieron que está muy mal de salud.

El papá de Águeda, de oficio albañil, está gastando mucho dinero en servicios médicos y requiere del apoyo económico de las autoridades de gobierno.

Además, está sumamente angustiado por no saber qué pasó en realidad con su hija o qué pasó en esa reunión de amigos. De otra dos menores se dice que también están muy mal e incluso se les envió con un médico en Cancún, Quintana Roo.

Vecinos, como Juan Pérez, afirman que “estas muchachas quedaron en estado vegetativo ya que no saben o no pueden explicar qué sucedió realmente.

“Aquí, en Dzitás, todos sabemos que estas jóvenes jugaron la ouija y fueron poseídas por el diablo, ya que algunas ven visiones y tienen constantes y fuertes dolores de cabeza, unas no se ven en el espejo y a otras se les ha enviado hasta con brujos para sanarlas, pero no quedan bien”, abunda.

Hace años, recuerda, un hombre utilizó la ouija en el cementerio municipal, se puso mal de salud, se lo llevaron a México para curarlo pero allá falleció.

Delmi Ku Hoil, hermana de Javier, admite que sabe que las jovencitas están poseídas por el mal, pues sufren de dolores de cabeza y no hay quien las sane. Sin embargo, aclara que “gracias a Dios su hermano no participó en ese juego de la ouija”, solamente sus compañeras invocaron su nombre.

Pero la familia le recomendó a Javier que se cuide y no conviva con sus amigas porque le podría suceder un accidente.

María Mercedes Rubio Medina, directora de la secundaria Adolfo López, dice que no sabe nada del caso. “No me entero de nada, de mi trabajo voy a mi casa y los fines de semana regreso a Mérida para no meterme en problemas ni chismes”.

La directiva informa que los papás de esos alumnos sólo acudieron al plantel para comunicarle que faltarían a clases por cuestiones de enfermedades, ya que sufren dolores de cabeza.

En la casa de una de las afectadas, Alfonso Dzul Yam, abuelo de la joven Geni, informa que Andrea Dzib Cupul, madre de la menor, se la llevó a Cancún y que ignora el motivo de ese viaje. Sólo dice que su nieta está enferma y no sana.

En su casa También informa que extrañamente ayer alguien entró a su vivienda y robó $2,800 en efectivo, una cadena de oro valuada en $6,000 y dejó revuelto el ropero de la madre e hija.

En el Palacio Municipal dos policías dicen que apenas ayer supieron que unos estudiantes de la citada secundaria estaban muy enfermas “porque habían sido poseídos por satanás”.

Los agentes de la policía muncipal de Dzitás expresan que por otros vecinos se enteraron que una de las muchachas tenía un anillo y otra, una cadena, y esas alhajas se quemaron y quedaron negras el día en que se vieron envueltas con la ouija.

(FUENTE: yucatan.com.mx)