domingo, 30 de mayo de 2010

"Anne Pedersdotter": ópera noruega del siglo XX sobre la quema de brujas



Una ópera del siglo XX inspirada en un famoso caso de brujería, la titulada "Anne Pedersdotter", del compositor noruego Edvard Fliflet Braein (1924-1976), se representó al aire libre junto a la vieja fortaleza de la ciudad durante el Festival Internacional de Bergen.

Firmemente anclada en el período romántico, la ópera de Braein se caracteriza por su fuerte línea melódica, que refleja la influencia de Verdi, por un lado, aunque en otros momentos se perciba también la del ruso Shostakovich, todo ello salpicado de un humor burlesco.

"Anne Pederstotter", que se estrenó en la Ópera Noruega en 1971, tiene un libreto de Hans Kristiansen, basado a su vez en una obra de 1908 del dramaturgo noruego Jans Wiers-Jenssen, que inspiró también al gran cineasta Carl Theodor Dreyer su famoso filme "Dies Irae".

La ópera de Braein nos transporta a finales del siglo XVII, cuando en Europa aún proliferaban los juicios por brujería.

Se calcula que en toda Europa alrededor de 50.000 personas - un 80 por ciento mujeres- perecieron en la hoguera entre 1500 y 1750, sobre todo en los países protestantes, pero también en las regiones católicas alemanas, tras verse acusadas de comercio con el diablo.

El juicio de Anne Pedersdotter, nombre del personaje real que la inspiró, es uno de los más dramáticos de la historia de Noruega, entre otras cosas porque la víctima pertenecía a la alta sociedad de Bergen.

Las acusaciones contra la Pedersdotter auténtica no tienen, sin embargo, mucho en común con el drama que cuenta la ópera de Braein, y lo mismo cabe decir del resto de los personajes.

La ópera cuenta la historia de la joven esposa de un pastor protestante muchos años más viejo que ella que se enamora del hijo de éste de un anterior matrimonio.

La diferencia de edad entre el marido y la protagonista es un elemento crucial en la ópera mientras que la Anne Pedersotter real tenía aproximadamente la misma edad que su marido y además, cuando en 1590 la llevaron a la hoguera, llevaba ya quince años como viuda.

En la ópera, Anne Pedersdotter es acusada de haber matado a su marido por brujería para poder satisfacer el deseo que siente por su hijastro, Martin, mientras que la Anne histórica fue acusada de la muerte de varios ciudadanos de Bergen, de destruir con sus maleficios el peral de un vecino y asistir a aquelarres en los que conspiró con Satanás para prender fuego a la ciudad.

Como otro personaje femenino de la ópera, Herlofs-Marte, a la que, perseguida por brujería, Anne da cobijo en su casa, la Pedersdotter histórica fue acusada de varias muertes no explicadas.

En la ópera, el marido, Absalon Meyer, termina confesándole a su esposa que se siente culpable de haberle robado su juventud y en presencia de ella y de su hijastro, cuenta que tiene un grave pecado sobre su conciencia: sabiendo que la madre de Anne era una bruja, decidió no enviarla a la hoguera, negándole así la salvación eterna, movido únicamente por el deseo de casarse con la hija.

En el dramático último acto, que se desarrolla en la catedral durante el velatorio del cadáver de Absalon, Martin se pregunta si será cierto que su madrastra mató a su padre con sus poderes mágicos mientras Anne se ve acusada de haber utilizado sus poderes de bruja para eliminar al marido y seducir al hijastro.

Al escuchar tan graves acusaciones, Martin huye despavorido del templo mientras que Anne Pederson le grita, enloquecida, al cadáver:" Te maté con mis artes mágicas y con ellas me apoderé de tu hijo".

En esta nueva producción para Bergen, la ópera ha sufrido arreglos para su interpretación por una formación que utiliza exclusivamente instrumentos de viento y percusión, la Banda de las Fuerzas Armadas, del Oeste de Noruega, fundada en 1792 e integrada por veintiocho músicos profesionales.

Bajo la dirección de Peter Szilvay y con destacadas voces solistas escandinavas, incluida la soprano Ingela Brimberg como Anne Pedersdotter, la ópera de Braein suma a pasajes de gran belleza musical una extraordinaria intensidad dramática.

La representación, este fin de semana, al aire libre tuvo un momento casi mágico como cuando tras el edificio de la fortaleza de Bergen apareció de pronto un velero que entraba silenciosamente en el puerto como si se tratara del Holandés Errante.

(FUENTE: EFE)

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