miércoles, 20 de enero de 2010

Descubren cinco exoplanetas y dos "objetos misteriosos"


El grupo de Cuerpos celestes hallados por el telescopio Kepler son mucho mayores que la Tierra, están más cerca de sus estrellas de lo que la Tierra está del astro Sol y son demasiado calientes como para albergar seres vivos y menos humanos.

Con apenas 10 meses trabajando, el telescopio espacial Kepler de la Nasa realizó dos hallazgos relevantes: cinco exoplanetas y dos objetos misteriosos, los cuales no poseen una denominación definida.

Recientemente, el laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés), informó que los cuerpos similares a la Tierra que circundan estrellas de otras galaxias fueron identificados como Kepler 4b, 5b, 6b 7b y 8b.

El hallazgo espacial fue confirmado por los observatorios astronómicos de las españolas Islas Canarias, así como de Hawai, California, Texas y Arizona.

“Estas observaciones nos ayudan a comprender cómo se forman los sistemas planetarios y cómo evolucionan a partir de los discos de gases y polvo que dan origen a las estrellas y sus planetas”, señaló William Borucki, del Centro Ames de Investigaciones de la Nasa.

“Los descubrimientos también nos demuestran que nuestros instrumentos están funcionando bien y que el Kepler logrará sus objetivos científicos”, añadió.

El comunicado del JPL indicó que los exoplanetas han sido denominados “júpiteres candentes” debido a su gran masa y sus temperaturas extremas. En tamaño son similares a Neptuno y algunos de ellos más grandes que Júpiter.

Con órbitas de 3,3 a 4,9 días, la temperatura de los exoplanetas es entre 1.200 y 1.650 grados centígrados, demasiado altas para albergar algún tipo de actividad biológica como se conoce en la Tierra.

Según el director de la División de Astrofísica de la Nasa en Washington, John Morse, el descubrimiento de esos planetas hace más factible la posibilidad de que en un futuro cercano se detecte la presencia de uno con las mismas características de la Tierra.

Sin identificación
De igual forma, este telescopio lanzado al espacio en marzo de 2009, detectó dos objetos misteriosos, cuya temperatura es demasiado elevada como para que sean planetas y su tamaño insuficiente como para considerarlos estrellas.

El científico Bill Borucki, jefe de telescopios de la Nasa, dijo que los objetos tienen temperaturas cientos de grados más elevadas que las de las estrellas a las que orbitan.

Esto significa que probablemente no son planetas. Son más grandes y mucho más calientes que los del sistema solar, incluyendo a los planetas enanos.

“El universo continúa haciendo que cosas extrañas sean aún más extrañas de lo que podemos imaginarnos”, comentó Morse.

Los nuevos descubrimientos no encajan adecuadamente bajo ninguna definición de objetos astronómicos conocidos, y hasta ahora no tienen una clasificación propia.

Por ahora, el investigador Jason Rowe de la Nasa, quien encontró los objetos, expresó que los llama “compañeros calientes”. “¿Qué tan calientes? Piense en 14.426 grados centígrados, suficiente para fundir plomo o hierro”.

Existen dos teorías principales en torno a lo que esos objetos podrían ser.

Rowe sugiere que son planetas recién nacidos, ya que estos tienen temperaturas extremadamente elevadas, y en este caso especula que podrían contar sólo con unos 200 millones de años de edad.

Ronald Gilliland, del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, dice que pudieran ser estrellas blancas enanas que están muriendo, encogiéndose y despojándose de sus cubiertas externas.

Alan Boss, del Instituto Carnegie de Washington, que no formó parte de la investigación, consideró que los hallazgos no tienen paralelo con lo que se conocía. “Van a salir toda clase de cosas extrañas. El universo es realmente un sitio raro. Es fantástico”.

En busca de nuevos mundos
El principal objetivo de la misión de tres años del telescopio Kepler es determinar qué tan común es la existencia de otros planetas, especialmente similares a la Tierra. El artefacto observa un trozo del cielo, de aproximadamente una 400 parte del cielo nocturno, que incluye más de 150.000 estrellas. El telescopio espacial detecta la presencia de estos a través de una medición del brillo de sus estrellas. Cuando los planetas las cruzan, éstas bloquean su haz de luz visto desde la Tierra. El análisis de esa información determina sus tamaños, temperaturas y tiempos de órbitas.

(FUENTE: eltiempo.com)

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