miércoles, 21 de octubre de 2009

"Brujo Mayor de México", trata de recuperar el turismo en Tijuana "limpiando" avenida


La avenida Revolución, antaño considerada “la más visitada del mundo”, recuperará su dinamismo sólo si empresarios y autoridades lo deciden, advirtió Antonio Vásquez Alba, conocido como el Brujo Mayor, después de realizar una “limpia” a la vialidad para “alejar las malas vibras” que han desplomado la actividad turística.

Flanqueado por danzantes aztecas, asistentes y curiosos, el brujo roció con un líquido verdoso y perfumado los negocios que encontró en su camino a los que ingresó sin problemas, excepto a un centro de apuestas del Grupo Caliente del empresario Jorge Hank Rhon, cuyos empleados cerraron la puerta antes de que la comitiva llegara.

En un plazo máximo de diez días deberá haber resultados positivos, indicó Vásquez Alba, quien aseguró que en los 50 años que se ha dedicado a realizar este tipo de trabajo ha obtenido buenos reportes.

Guadalajara, Tampico y Ciudad Juárez han sido escenario de este esfuerzo, dijo y agradeció que el trabajo realizado este viernes fue abierto por los danzantes aztecas “que pidieron permiso a los cuatro puntos cardinales”.

Luego de invocar a los dioses aztecas, incluyendo una cabeza olmeca cuyas réplicas están colocadas a lo largo de la Revolución, el Brujo Mayor pidió a los mexicanos unirse y coordinarse para trabajar en beneficio de la vialidad, la cual, comparó, “a partir de las siete de la noche parece un cementerio”.

Destacó que por su ubicación cercana a la entrada de Tijuana esta avenida es una “columna vertebral” para la ciudad y por ello debe contar con un tratamiento especial que la impulse.

“Que venga más gente a la avenida Revolución, que todos los comerciantes se unan, que haya una cabeza inteligente que con cabeza comercial impulse esto porque creo que en lugar de impulsarlo lo han estado bloqueando y debería haber una autoridad que haga un estudio mercadotécnico y levante esto”, es la expectativa, expresó.

Mujeres y hombres de todas edades siguieron el recorrido del Brujo Mayor, desde la calle Cuarta hasta la Primera y de regreso al punto de partida, mientras alguno que otro turista observaba asombrado y divertido la peculiar comitiva que en algunos momentos se detenía a bailar a ritmo de algunos tambores.

Empleados y empleadas de los negocios solitarios recibieron con agrado el rocío del “bálsamo” que el brujo prodigaba con apoyo de un atomizador, y asentían mientras se les advertía que deben tener buena actitud para que las cosas mejoren.

Todos mostraron aceptación y hasta pedían ser tocados en las manos por el Brujo Mayor, excepto un fotógrafo que junto a su burro-cebra (considerados la imagen representativa de Tijuana), esperaba clientes que no llegaban. Al conocer la intención de la “limpia”, este joven simplemente lanzó una carcajada.

Y es que antes de los atentados terroristas contra Estados Unidos en el 2001, la avenida Revolución era una de las vialidades más dinámicas de esta frontera. Cada fin de semana miles de turistas abarrotaban los comercios de curiosidades, restaurantes, bares y centros nocturnos hasta la mañana, cuando la actividad volvía a comenzar.

En contraste con aquellas escenas, los empleados se aburren mientras esperan clientes, cada vez más locales son cerrados, y los pasillos y pasajes que conectaban a la Revolución con otras calles lucen igualmente solitarios y polvorientos.

Antonio Vásquez Alba, de 70 años de edad, constató en su recorrido las cortinas de los negocios cerrados, pero sostuvo que con buena actitud y trabajo coordinado, la situación mejorará.


Empresarios y autoridades deben hacer lo suyo para reactivar esto, pero también los empleados deben quitar “esas caras feas porque no venden” y mejorar su semblante para recibir clientes, aseveró.

“Esto (la crisis) nos une y la unión hace la fuerza y se abren los caminos y aquí ya se abrieron los caminos. Esto puede durar una semana o diez días pero si los comerciantes no se unen esto no va a funcionar. Se requiere confianza grupal”, advirtió al afirmar que las oraciones y ceremonias no funcionan por sí solas.

Recordó que hace 30 años había visitado la avenida Revolución, y a diferencia de ahora que la encontró “como un cementerio”, en aquella época era más alegre y con movimiento.

(FUENTE: eluniversal.com.mx)

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