Siendo el 469 Aniversario de la Blanca Ciudad de Arequipa, no podía faltar una historia de la Arequipa fantasmal en este blog arequipeño, por lo que deseamos reseñar en esta oportunidad la historia de un fantasma muy peculiar y poco conocido de nuestra ciudad: "Camila".
Le Café Art Montreal de Arequipa, sito en la Calle Ugarte 210, Cercado, es uno de los lugares de más emblemáticos y destacados de la vida cultural y nocturna de Arequipa: enclavado en medio del Centro Histórico de la ciudad, como muchos de los restaurantes y cafés de esta parte de la ciudad, se encuentra asentado en una vieja y preciosa casona colonial; sus paredes de blanco sillar son el ambiente ideal para pasar alegres tertulias acompañadas de presentaciones de grupos musicales y cantantes de todo el globo, performances, lectura de poesía y videoarte, pero también cuenta con una historia oculta, curiosa y fantasmal.
La historia de "Camila", la dama fantasma del "Montreal", es bien conocida por los contertulios del café, así como del personal pasado y presente, que han atendido a la clientela; la leyenda cuenta que sería la aparición fantasmal de una muy joven y hermosa dama del siglo XIX que habitó la casona donde está ahora establecido el Café: según se cuenta, la joven, toda una belleza rubia en su época, estaba comprometida con el amor de su vida, le cual antes de poder contraer nupcias partió a defender la patria, en la infausta Guerra del Pacífico,... para no volver jamás, por lo que su amada, al perder así al amor de su vida, decidió encerrarse para siempre entre las paredes de su casa, hasta el día de su muerte, siendo su fantasma quién mora en el lugar.
El fantasma de Camila tiende a ser a la vez, un espectro esquivo y claramente visible: se podría decir que se hace visible a voluntad y capricho suyo; en primer lugar, solo se hace visible ante los ojos de varones (empleados y clientes), y en horas y momentos determinados.
Se conoce su nombre, Camila, porque -se asegura-, que ella misma se apareció entre sueños a la hija de una administradora del local, haciéndole saber su historia y su identidad.
Todos los testigos la describen de idéntica manera: rubia, hermosa y vistiendo un largo vestido blanco de tiempos pasados: sus apariciones más frecuentes se dan a muy altas horas de la madrugada, principalmente ante los ojos de mozos y personal del Café (siempre varones), en las proximidades de lo que hoy son los servicios higiénicos del local: dicho comportamiento, el de que Camila prefiera sólo aparecer -y a veces importunar-, a jóvenes, le ha creado un cierto aire "picaresco" a sus imprevistas apariciones.
Asimismo, se han reportado muy frecuentemente su fugaz aparición, cuando el "Montreal" se encuentra completamente repleto de clientela: entonces Camila opta por recorrer los ambientes del Café, con paso elegante y sonriente, cual si rememorase viejas tertulias de tiempos pasados: eso sí, una vez más, sólamente visible para ojos masculinos, "...una vez, un turista americano estaba apoyado en la barra",... -nos cuenta una trabajadora del "Montreal"-, " al rato se quedó sin respiración y me dijo: "¿quién es esa mujer tan hermosa?",... y siguió a "alguien" con la mirada, pero nadie se movía: los clientes estaban abarrotando el local, pero nadie caminaba por donde él miraba. Al preguntarle yo quién, me dijo: "la chica de vestido blanco,…", entonces supe que había visto a Camila".
El espectro de Le Café Art Montreal es completamente inofensivo, y a pesar de que se permite ser observada, nadie ha podido fotografiarla aún: tal vez como toda fémina, tiende a ser un tanto veleidosa; embruja con su belleza -aseguran-, pero al parecer sólo espera a alguien y a nadie más, así que si desea, en una noche como hoy, disfrutar de la Arequipa nocturna, no está de más visitar Le Café Montreal y ver si sus ojos se cruzan con Camila.
-Reynaldo Silva Salas.
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