martes, 30 de diciembre de 2008

Fotografías de OVNIS en Yungay (1967)





Esta fantástica secuencia de fotografías es considerada la única vez en que se ha podido fotografiar a dos OVNIS volando juntos y a plena luz del día; este caso tuvo lugar en Yungay, en marzo de 1967. Se le considera también como un caso aún "abierto" en la ufología mundial, dado que hasta el día de hoy, el autor de las fotografías, está con paradero desconocido.

Los pocos datos que se conocen del caso son los siguientes: un día de agosto de ese año -posiblemente el 15-, Augusto Arranda -autor de las fotos-, visitó Yungay (la antiga Yungay, antes del terremoto del 70) Antes de salir de excursión pidió prestada a su amigo César Oré -vecino de la citada localidad y empleado en la oficina de Turismo- una vieja cámara Voightlander, propiedad de aquél desde hacía 40 años. Compró un rollo de película y fue su amigo Oré quien se encargó de cargar la cámara fotográfica, puesto que Arranda no entendía muy bien su funcionamiento.Augusto salió de Yungay, dispuesto a recorrer los alrededores y tomar algunas vistas.

Tras aquel paseo, Arranda le manifestó a su amigo Oré que había visto y fotografiado OVNIS. A su regreso a Lima, y tras revelar el rollo, Arranda envió a Yungay un álbum sellado, con copias de las fotos de las cumbres y de los ovnis. Estas últimas -como si el hecho careciera de importancia-, fueron conservadas por Oré y olvidadas casi por unos dos años.

Parte de las fotos fueron reveladas al mundo por una indiscreción de un empleado de Kodak Peruana que al reverlar el rollo, hizo una copia de la secuencia sin consentimiento ni autorización de Arranda, las cuales cayeron en manos investigador norteamericano J. Richard Greenwell, En 1968. La localización de un juego completo de fotografías en Yungai fue posible gracias a un oficial del Ministerio de Marina del Perú. Greenwell viajó entonces a Yungai y pudo entrevistarse con el señor Oré, quien le proporcionó las tres copias que faltaban y que habían sido retenidas en Lima por la Kodak Peruana S.A. De esta forma, Greenwell fue atando cabos, logrando las cuatro copias que, al parecer, forman la secuencia total.

Estaba claro, por tanto, que las "fuentes" más importantes y conocidas de las que habían salido copias de los OVNIS de Yungay eran tres: la Kodak Peruana, el señor Oré y el propio fotógrafo, Augusto Arranda, amén, claro está, de esa otra enigmática "fuente" que hizo llegar una de las copias hasta los Estados Unidos.

A pesar de los esfuerzos e investigaciones de Greenwell, el fotógrafo no pudo ser localizado. Esto significa que los negativos no han sido analizados aún y que los detalles del avistamiento siguen siendo "vírgenes".Los expertos del APRO, a cuya organización pertenece Richard Greenwell, analizaron sin embargo las copias sacadas de dichos negativos -también denominadas "de primera generación"- y no encontraron elementos que revelaran un trucaje o manipulacion. No obstante, y mientras no aparezcan dichos negativos, la secuencia no podrá ser considerada como oficial y definitivamente positiva.

El hecho encierra en sí mismo otras circunstancias muy favorables, que inclinan a los investigadores a creer en la bondad de dichas fotos: ni el testigo y fotógrafo -Augusto Arranda- ni su amigo, Oré, han pretendido publicidad alguna. Todo lo contrario. Las fotografías han tenido que ser "descubiertas" y sacadas a la publicidad por investigadores y después de no pocos esfuerzos. La cámara Voightlander y una copia original de la secuencia ovni se perdieron con el alud del terremoto de 1970, el cual arrasó con Yungay. Y tampoco se tiene la certeza de que el señor Oré se haya salvado.

Las tomas que comparto con ustedes, son las únicas disponibles: tanto la Kodak como los investigadores que poseeen este registro, no permiten acceder a la secuencia completa de fotos del avistamiento, la cual, según se conoce, está integrada por 7 fotografías en total.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Los duendes y los teatros


Considerados como seres míticos, producto de las fantasías de nuestros ancestros por unos, o como seres elementales que coexisten con nosotros - incluso en nuestras casas-, por parte de otros, los duendes son de las criaturas más extrañas y esquivas del mundo de lo esotérico y lo insólito. Se asegura que moran en nuestros hogares, sin importar si nuestra casa sea moderna o no, y si bien en los últimos años se han reportado casos en los cuales han sido vistos, fotografiados e incluso filmados, mucha gente aún cree en que sólo podemos llegar a ver un duende en nuestras pantallas de televisión, o confortablemente sentados en una butaca de muestro cine favorito,… a estos últimos, debo decirles que sería mejor que abriesen bien los ojos, ya que al apagarse las luces en la sala de cine,… no es raro encontrarse cara a cara con uno de ellos,...


Si bien poco lo que de este tema se ha escrito, los testimonios son abrumadores: no son pocas las personas de reputación y credibilidad, que han visto a una de estas escurridizas criaturas, deambulando en cines y teatros. Tratando de investigar sobre el tema, nos topamos con un enorme vacío: no existe, entre los investigadores que han catalogado por décadas cada una de las especies de duendes, alguna de ellas que sea vinculada exclusivamente con los teatros; la referencia más aproximada es la referente a los “duendes familiares”, los cuales gustan de la compañía humana y viven en nuestras casas, generalmente sin que les detectemos.


Un caso emblemático yo pude recoger, durante mis años de universidad: en 1993, la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de San Agustín, realizó -y no con poco esfuerzo-, la ópera “Elixir de Amor”, obra lírica de Gaetano Donizetti, la cual fue la primera presentación de una ópera en nuestra ciudad, después de más de 40 años.


En aquellos años yo estudiaba en aquella Escuela, y formé parte del equipo escenográfico que preparó los implementos y escenario para la puesta en escena; tras una semana de preparativos, todo estaba listo: era la noche del 14 de diciembre, la noche anterior al estreno; todos los implementos fueron trasladados al Teatro Municipal. Dado que solo quedaban horas para el estreno, un nutrido grupo de los encargados de la escenografía –un total de una veintena de alumnos de la Escuela de Artes y 4 profesores-, decidieron pasar la noche en el teatro, para ultimar detalles. No estuve presente aquella noche, pero apenas despuntó el alba, al reunirme de nuevo con ellos, pude recoger la increíble historia:


“Estábamos tratando de dormir un poco, durante la madrugada, sentados en las butacas, cuando un ruido nos sobresaltó” –me relató un profesor, el cual prefiere permanecer en el anonimato-, “todos vimos hacia el escenario: de rato en rato, a pesar de la oscuridad, veíamos claramente “un niño” correteando, riéndose, pasando de un extremo a otro del escenario, por detrás de la pantalla, como jugando…”


“Pasaba de rato en rato, lo hizo, mínimo unas doce veces,…” –agregó un alumno, ahora profesor de música también. Todo el grupo me confesó lo mismo, agregando que la figura del “niño” era claramente visible para todos.


“…Nos paramos todos y fuimos a ver quién era: en grupo tratamos de rodearlo: NO HABÍA NADIE AHÍ. Pensamos que sería el hijo del cuidante,… pero no había ahí nadie con nosotros,…”


Pero no solo el asunto quedó en las fugaces y burlonas apariciones del “niño” ese; mientras estaban en el escenario, un pequeño carromato, creado para la ópera, se soltó inexplicablemente, rodando sin control por en medio de las butacas, para estrellarse contra el escenario. Aquella noche nadie durmió, ya que se escuchaban las burlonas risas por todo el teatro. Al día siguiente, la ópera fue un éxito rotundo, pero la historia del “duende” era de lo que todos en la Escuela de Artes hablábamos. La segunda noche, nadie quiso quedarse a dormir ahí de nuevo.


No fue esa la primera vez que oí testimonios acerca de duendes en los teatros: he recogido testimonios de casi todos los cines y teatros de nuestra ciudad, por parte de actores, e incluso público, y que estuvo ahí, para ver una simple película. ¿Duda usted?, pregúntele a los mayores: son famosos los duendes del cine Fénix –hoy convertido en templo religioso-, o la historia del duende del desaparecido cine La Victoria (que se ubicaba en la Calle Mercaderes), el cual aparecía con frecuencia, junto con, como atestiguan muchos “un tipo alto, que aparecía pegado a una pared, en el área de mezanine”. El otrora cine, pero ahora convertido en centro comercial, aún es un lugar de nuestra ciudad, donde se atestigua, que muchos comerciantes han visto y oído “cosas raras”.


¿Por qué los duendes gustan de habitar los cines y teatros?, a primera vista no habría una relación entre estas entidades y dichos recintos,… a menos que revisáramos la historia del teatro: casi desde el inicio de este arte escénico, los duendes han estado siempre presentes. Históricamente, los griegos desde que desarrollaron el teatro (del griego Theatrón, "lugar para contemplar"), el cuál tiene su origen en los ritos órficos y en los festivales celebrados para el Dios Dionisio, y donde se llevaban a cabo las escenificaciones de la vida de los dioses acompañadas de danzas y cantos (los “Ditirambos”), plasmaron en sus obras, como personajes, a los seres de su mitología. Entre ellos, los duendes. Actualmente, existen infinitas obras dedicadas a estos seres, e incluso, muchas compañías teatrales y teatros, alrededor del globo, se llaman precisamente, “El Duende”,... tal vez, complacidos por verse escenificados, estos seres elementales, iniciaron hace mucho, una relación de empatía, con los actores y sus teatros, convirtiéndolos en sus hogares; al convertirse éstos en cines, simplemente nunca los abandonaron.


¿Haz visto alguna vez un duende en un teatro?, le pregunté una vez a un actor: “Siii, claro,…” –me replicó con mucha naturalidad-, “están en todos los teatros viejos; siempre nos acompañan y les pedimos permiso, para hacer nuestro trabajo". Eso fue lo que me dijo, el famoso actor Marcelo Oxendorf.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Fotografía de construcciones en la superficie de la Luna


J.J. Benitez presentó hace pocos años en su afamado programa "Planeta encantado", la increíble historia conocida como "Mirlo rojo", llamada así en alusión al pseudónimo que utilizó el supuesto alto oficial norteamericano que le reveló que la NASA y el gobierno norteamericano ocultaba información acerca de lo que se descubrió en la Luna: la existencia de construcciones antiquísimas, de factura no-humana, en nuestro satélite.

Para muchos, la falta de pruebas palpables, contundentes, en la investigación de Benitez, ocasionó que el tema se considerase como ficticio, un burdo intento de crear un misterio donde no lo hay, y un sinfín de otros calificativos muy críticos contra Benitez, pero hay algo más: un descubrimiento casual, realizado por un internauta, ha reavivado la polémica; en 2004, el anónimo informante descubrió algo intrigante.
En la página web del Naval Research Laboratory (desde donde se controla al satélite Clementine, lanzado al espacio en 1994), entre las 170,000 imágenes del la superficie lunar, aparece la que inicia este Post: se puede notar nítidamente un objeto o construcción, rectangular, definida. Esta foto pertenece a un área en la cara oculta de la Luna (-2 latidud, 311 de longitud lunar)

¿Existen realmente construcciones en la Luna?, ¿los Estados Unidos oculta información al respecto?, el enigma está servido, y en esta última interrogante, hay un dato curioso, que llama a desconfianza: la NRS nos facilita 170,000 fotos de Clementine,... pero en realidad ha recibido más de 1'800,000 imágenes, ¿ocultarán algo?

Si deseas aunarte a buscar estructuras misteriosa en la Luna, puedes acceder a la página web del Naval Research Laboratory:

http://www.cmf.nrl.navy.mil/clementine/clib/

Tal vez tú descubras otra imagen que nos revele el enigma.

lunes, 22 de diciembre de 2008

"Los tapados"



De entre los mitos, leyendas y tradiciones, éste es uno de los más extendidos y presente en casi todos los puntos de la geografía peruana, ecuatoriana y boliviana. Se conoce como "tapados" a todo tipo de tesoro oculto, desde tiempos antiguos. Cada uno tiene su historia, leyenda, "maldiciones" e incluso formas particulares y/ó tradicionales para ser hallados. Dada la abundancia de "tapados" existentes o supuestamente existentes, se le podría clasificar por categorías:

Tras el descubrimiento por parte de los conquistadores españoles de las inmensas riquezas del Imperio Inca, surgen por decenas, las historias de los "tapados" de proecedencia incásica: joyas y tejos de plata y oro macizo -principalmente-, ocultos en cerros, lagunas, desiertos, cuevas y quebradas, diseminados por toda la cordillera, tras la muerte de Atahualpa. Otra subdivisión son los tesoros ocultos por los descendientes directos de los incas; en este caso, se destaca el famoso Tesoro de Catalina Huanca. Una vez consolidada la conquista, los españoles descubrieron y exoliaron las "huacas" y entierros de las culturas pre-incaicas, surgiendo las historias acercas de tesoros de culturas tales como los Moche, los Mochicas, ubicados principalmente en la costa peruana, aún ocultos y que escaparon a los conquistadores.

Tanto en la sierra de Perú como en Bolivia, son frecuentes también los "tapados" referidos a minas de oro y plata inundadas o tapiadas por algún derrumbe, como castigo por la ambición de los españoles; en Bolivia, muchas de estas historias están ligadas al legendario Potosí. En la amazonía son algo infrecuentes las historias acerca de "tapados", pero se sustituye esta escasez, por el más famoso tesoro oculto de la América toda: la ciudad perdida de Paitití o "El Dorado". Vale destacar también que no son escasas las historias acerca de minas y lavaderos de oro perdidos en la selva, así como uno que otro tesoro oculto por los ahora legendarios "caucheros" del finales del siglo XIX y pricipios del XX.

Durante la colonia y el virreynato, surgen otros no menos célebres "tapados": los tesoros ocultos de los Jesuitas, surgen a raíz de su expulsión en 1767. Posteriormente, tras las guerras de la Independencia Americana, hacen su aparición los "tapados" dejados atrás, en sus casonas, por nobles españoles huyendo cuando "entró la Patria" (y con la intención de volver luego por ellos); en aquella época también surgió un pingue negocio: en los presidios españoles, los reos enviaban cartas a cualquier persona de apellido más o menos rancio, contándoles una historia más o menos verosímil (haciéndose pasar por un pariente lejano y anciano), adjuntando un "derrotero" (mapa del tesoro), con el cual hallar un fabuloso tesoro familiar oculto "en las américas". Se sabe que dicho trabajo les daba buenos dividendos,... y no hubo pocos que se embarcaron en semejantes aventuras.

Las guerras civiles de la época del caudillismo también agregaron su "cuota de tapados", y finalmente, la Guerra del Pacífico trajo las historias de cofres repletos de Libras Esterlinas de oro ocultas en las viejas casonas de los que se enriquecieron con el guano en el siglo XIX. Como podemos ver, esta parte de la costa del Pacífico puede casi carecer de galeones hundidos, pero no de fabulosas riquezas ocultas.

Los "guardianes de los tapados"
Casi sin excepción, cada "tapado" cuenta con su respectivo guardián: en este punto, cada historia toma un matiz de acuerdo a su leyenda y el lugar geográfico donde se presenta; en los andes, los "tapados" son custodiados por los celosos y todopoderosos "Apus" (montañas tutelares), por las terribles maldiciones de los sacerdotes incas, por salvajes toros de oro macizo (símbolo del poder hispánico en los andes), encadenados y condenados por rituales oscuros a proteger el tesoro. Las minas perdidas son protegidas por los "Mukis": los duendes andinos, siempre dispuestos a perder o enloquecer a los busca-tesoros; tampoco son las pocas minas que son custodiadas por los fantasmas de nobles españoles o curas ambiciosos, condenados así por sus esclavizados vasallos indígenas, a no separarse del oro que tanto amaron, jamás,... En otros relatos de tesoros del ande, el diablo en persona es quien cuida el "tapado".

En la costa norte del Perú, los custodios son las momias preíncas, las maldiciones y el siempre temido "Antimonio", que por sí solo ha despachado a no pocos ambiciosos. En la selva, el oro perdido de los incas está protegido por los legendarios "Paco-pacoris", los guerreros blancos, aún vasallos del Inca; si esto fuera poco, la inmisericorde selva y sus espíritus guardianes también se hacen presentes en los "tapados" amazónicos. El oro oculto de los Jesuitas es custodiado siempre por fantasmas de túnicas monacales o por el mismísimo diablo, mientras que los "tapados" coloniales, republicanos y de la época del guano son custodiados por aterradores fantasmas amortajados.

La presencia de seres sobrenaturales, ha obligado desde siempre a que los buscadores de "tapados", recurran a ayuda "extra": brujos, chamanes y parapsicólogos, son siempre requeridos en la búsqueda de tesoros ocultos, siendo tan o más indispensables que los péndulos, las barretas imanatadas, picos, palas o el detector de metales. Tanto de las leyendas, de la tradición popular, como de la agregadó místico presente en las historias de los "tapados", han surgido una serie de creencias firmemente enraizadas:

"Apariciones de fantasmas, lamentos, ruidos de cadenas: delatan la presencia de un tapado"
"...También anuncian la existencia de tapados, la aparición de fuegos fatuos"
"Un tapado sólo puede ser extraído de noche: el tapado le huye al sol,..."
"Para extraer un tapado, se debe pactar con el espíritu guardián"
"Los tapados se mueven: nunca están en un mismo lugar de un día para el otro,..."
"El espíritu guardián elige quién debe hallar y poseer el tapado"
"Los tapados desaparecen al ser extraídos por gente ambiciosa"

De esta última conseja, cuento con una historia familiar: en el pueblo tradicional de Sachaca (Arequipa), una tarde, hace casi ya 50 años, la pata del burro de un pobre campesino se hundió de pronto en una de las calles de tierra del pueblo, frente a la casa de una anciana viuda; dos de sus jóvenes sobrinos (un varón y una jovencita), junto con una prima lejana, decidieron esperar a la noche para excavar en ese sitio ("ahí hay un tapado,...", les dijo el chico. Ya de medianoche los tres comenzaron a excavar, ocultos por la más negra de las noches: al poco rato, habían creado una pequeño túnel bajo la calle, del cual fueron extrayendo numerosos idolillos de barro, incásicos, llenos de oro en polvo. Tras extraer una olla de barro llena del metal, la prima llevó las piezas de cerámica a la cocina de la casa de la viuda: ella dormía profundamente.

Dominado por la ambición, el joven se metió en el pequeño túnel casi por completo, ansioso de encontrar más oro: tras un horrendo crujir, la tierra cayó sobre él; su hermana, aterrada, alertó a gritos a todo el pueblo. Los vecinos lo lograron sacar de la tierra, casi muerto y con ambas piernas rotas. Curiosamente en el preciso instante en que la tierra lo sepultó, su prima, en la cocina, vió con estupor cómo todos los idolillos y la vasija de barro se quebraban inexplicablemente,... para luego ver ante sus ojos cómo el oro en polvo se evaporaba. Alertada la anciana por el estruendo, los descubrió y montó en cólera: derramendo lágrimas, exclamó "eso me lo legaron mis abuelos, ¿por qué lo sacaron?" Los jóvenes trataron de deshacerse en disculpas, pero el daño ya estaba hecho: al amanecer, solo quedaba un dedal de oro en polvo ante sus ojos (no adjunto los nombres de los protagonistas ya que casi todos ellos aún viven y son my cercanos a mí)

Un hecho sorprendente que pude ver con mis propios ojos, fue el siguiente: mientras que en la sierra peruana se dice que "ahí donde la pata del burro o la mula se hunde, hay un tapado", en el norte por su parte, se cree que "donde los chanchos duermen, hay un tapado". Una Navidad, hace muchos años, pasé la nochevieja en la casa de unos amigos; como toda gente del campo, creían firmemente en sus tradiciones: "hace un año, compré esos chanchos,..." me dijo el papá-, "los he dejado libres por el terreno, y allá al fondo, han hecho su nido". Llegada la medianoche, él y sus hijos tomaron palas y apartaron a los animales; tras excavar una hora, comenzaron a extraer objetos de oro: nada de detectores, nada de brujos,... solo siguieron una conseja popular.

Como parapsicólogo que soy, recibo cada año decenas de ofertas para "descubrir tapados"; según sé, mis abuelos se dedicaron años a lo mismo y no con poco éxito: muchos creen que "yo también tengo el poder de hallarlos",... pero por mi parte, yo pienso firmemente como lo que decía el gran tradicionalista Ricardo Palma: "...no soy de buscar lo que yo no he escondido".

Espero que hayan disfrutado este Post y que disfruten este nuevo tema de "Crónicas de Mundos Ocultos": los tesoros ocultos.

domingo, 21 de diciembre de 2008

La "venganza del Gentil"


Si bien el término "Gentil" -utilizado como forma de referirse en las leyendas y tradiciones, con respecto a los ancestros de nuestro pasado más remoto-, es un término que llegó a nuestro continente con los conquistadores españoles, en el Perú tradicionalmente es un término que se usa para referirse a nuestros antepasados incas o pre-incas (específicamente a sus momias), y que cuando son halladas en un yacimiento arqueológico, la tradición andina exige que sean tratadas con el máximo de los respetos. El no hacerlo ocasiona que caiga sobre los "profanadores" la denominada "Venganza de los Gentiles": un tipo de maldición. La sintomatología da esta “supuesta” maldición es un debilitamiento brusco, aunado a problemas respiratorios agudos, fiebres e intensa tos, que llevan a la víctima a la muerte. La verdad es que esta condición es conocida por la ciencia médica como una enfermedad pulmonar denominada histoplasmosis, la cual es trasmitida al ser humano al respirar aire viciado por las defecaciones de murciélagos y roedores, muy común esto, en entierros antiguos. Es muy común también este mal, entre quienes trabajan en minas y espeleólogos (exploradores de cuevas) Es curable si se trata con prontitud.

Una comida muuy antigua



Esta leyenda pertenece a la historia semi-oficial de la arqueología peruana. Algunos arqueólogos dicen que es cierta y otros la desmienten. Julio C. Tello, arqueólogo considerado como "El padre de la arqueología peruana", estaba dedicado en 1927 a excavar en el desierto de Ica cuando se topó con los restos de una civilización pre-inca: Los Paracas. El fabuloso descubrimiento consistía en cientos de momias enterradas, y que formaban un cementerio que abarcaba varios kilómetros de desierto.

La noticia corrió por toda la región: Ica era una zona muy pobre y de todos los pueblos comenzó a ir gente buscando empleo,... o la forma de, tal vez, hacerse ricos con los fabulosos tesoros que, creían que ahí se hallaban. Julio C. Tello y su equipo no se daban a basto, por lo que aceptaron de buena gana a los jornaleros que llegaban para ganarse algún dinero a cambio de participar en la excavación. La noticia llegó también al pueblo de Chincha, donde los pequeños campesinos, descendientes de esclavos africanos, abandonaron en masa sus parcelas para ir al desierto.

Entre ellos estaba un hombre alto, muy fuerte y alegre, al que llamaré José. Al ver que sus vecinos se iban a la excavación, dejó también de lado su mísero sembrío y fué tras ellos. Al llegar vió un inmenso campamento de tiendas de campaña en medio del desierto; tardó un poco en encontrar a Tello. Para mala suerte de José, ya había tomado a todos los jornaleros que necesitaba.

-Pero lo que no tenemos es un cocinero,... - le dijo Tello-, si sabes cocinar, el puesto es tuyo.

José sonrió enseñando todos sus dientes, y entre risas le contó que desde chico su mamá le había enseñado todos sus secretos.

Y así fué que "El negro José", como todos lo llamaban, recibió una tienda donde cocinaría para todos y donde también donde dormiría: en el campamento estaban escasos de espacio. Cada día desenterraban casi 100 momias de los Paracas, envueltas en primorosos mantos tejidos, joyas de oro y plata, cerámicos y ofrendas, y tenían que guardarlas donde cupiesen: incluida la cocina.

José se sintió intimidado la primera noche en el campamento, cuando compartió su carpa con una momia recién desenterrada, pero ni modo: tendría que acostumbrarse. Al día siguiente, a la hora del almuerzo, José demostró a todos sus dotes culinarias: preparó unos frejoles con cecina (carne seca y salada de cordero), tan espectacular que todo el campamento quiso repetir el plato. A partir de ese día, todo el campamento lo tuvo como su engreído y esperaban con ansias la hora del almuerzo.

Un mes después, el campamento comenzó a ser levantado al haberse concluido las excavaciones. Julio C. Tello lo recorría de cabo a rabo inventariando todos los hallazgos. Cuando llegó finalmente a la cocina, se sorprendió al ver unos pedazos de charqui (carne seca de llama) que habían extraído de las tumbas (y que los antiguos peruanos colocaban como alimento para sus difuntos en el Más Allá en sus tumbas), que estaban colgadas de un gancho y con rastros de que habían sido cortadas. No lo pensó mucho y volteó hacia donde el cocinero del campamento preparaba el almuerzo de ese día.

-....Oye, "Negro José",... - le preguntó-,... ¿de dónde sacaste la cecina para esos frijoles tan ricos que preparaste esa vez?,...

José se encogió de hombros y le respondió:

- ...No había, y como me enseñó mi 'amá,... le puse de ese charqui que 'etá ahí,...

Julio C. Tello se quedó un largo rato, pensando. En fin, el daño ya estaba hecho, así que sacó su libreta de apuntes y con un lápiz, escribió:

"QUEDA CONFIRMADO QUE EL CHARQUI DE LLAMA EXTRAÍDO DE UNA TUMBA DE 1,500 AÑOS DE ANTIGUEDAD NO HA PERDIDO SUS VALORES NUTRITIVOS A PESAR DEL TIEMPO TRANSCURRIDO".

El "Niño llorón del cuadro"



Giovanni Bragolin, o Bruno Amadio, popularmente conocido como Bragolino "El Pintor Maldito", es un pintor italiano afincado en España tras la segunda guerra mundial, de fama algo extraña. Es el supuesto creador de una serie de dibujos conocidos como los Niños Llorones.


Según la leyenda, este pintor, frustrado por su nula fama como artista, habría hecho un pacto con el Diablo para que sus pinturas fueran bien recibidas por la sociedad. Después de eso, realizó una serie de trabajos en los que destacaba la presencia de niños llorando. Uno de esos cuadros fue realizado a un niño que vivía en un orfanato. Más tarde, el orfanato se incendió con el niño adentro, y desde entonces se ha dicho que ese cuadro en especial adquirió el espíritu del niño, quedando atrapado en la pintura.

Desde entonces, se dice que quienes poseen el cuadro sufren desgracias y muertes, pues el cuadro esta maldito. En los 50's se dieron muchos casos de casas incendiadas donde todo se encontraba destrozado y quemado, cadáveres carbonizados y lo curioso de todo esto es que el cuadro permanecía colgado en la pared sin un solo rasguño.

Se dice que al ver el cuadro, uno siente como el niño de ojos llorosos y mirada tierna te sigue con la mirada, y te pone los pelos de punta. Mucha gente posee este cuadro, pero dice que solo ataca a aquellos que descubren que el cuadro esta encantado. En la noche se escuchan lamentos lejanos, el niño sale del cuadro sube a tu habitación y te mata, si es que no mueres antes de la impresión al ver su rostro endemoniado. Luego incendia la casa con todos adentro y borra así la evidencia de su crimen.


En los 70’s y 80’s en Chile, era común ver por decenas reproducciones de este cuadro siendo quemadas en descampados, dado el temor que tenían los padres al enterarse de su leyenda.


"Cuando tenia 3 añitos, mire el cuadro por primera vez (lo compró mi mamá para mi dormitorio), y juro que el niño me puso una cara de demonio que jamás olvidaré, me marcó de por vida; nadie me creia,, hasta que logré vivir con ESO por 5 años por que cada vez que pasaba frente a la pared donde se encontraba veía que cerraba los ojos y cuando los abria se "reía",.... se que es difícil de creer. Luego me llevaron al psicólogo y bueno, me pusieron el cuadro en una habitacion (para que lo mire y no le tenga ya miedo); ni bien me sentaron frente al cuadro y me dejaron solito con él, éste se cayó encima mío. Lo extraño es que los clavos estaban bien puestos,..." -, me contó un amigo mío.
"Gracias a Dios, mi padre llegó un día despues de una reunión y gritando: ¡maldito niño llorón ya me contaron quién mierda eres!!!,... y lo quemó. Mi madre y mi hermana lloraban porque estaban destruyéndolo;... también dicen que ese cuadro regresa,..."

Igualmente, se dice que si se gira el cuadro, se vé la imagen de un monstruo o demonio que se traga al niño, y por eso es lo que llora: otros dicen que ven un lobo que le devora. No obstante, ha sido el cuadro de mayor difusión de este artista, siendo muy solicitadas sus reproducciones en países como España o Inglaterra, ya que algunos le interpretan una función de protección a los niños pequeños.

¿Verdad o mito? Saquen sus conclusiones.

martes, 16 de diciembre de 2008

La Zona X


"La Zona X" es un lugar muy poco promocionado, pero con un increíble y poco conocido poder oculto, que lo hace ser prácticamente "El lugar de poder" incásico por excelencia. Ubicado cerca del Templo de la Luna y de Qenko, en el Cuzco, es -para la arqueología oficial-, una colina de roca caliza, de la cual supuestamente los Incas extrajeron bloques para la construcción de Sacsayhuamán, pero dicha aseveración es cierta, sólo en parte,...

Si bien es cierto que algunos bloques de Sacsayhuamán proceden de este lugar, para nada fue la "Zona X" una simple y vulgar cantera: si algunas rocas fueron extraídas de ahí precisamente, es debido a la tremenda carga energética de ese lugar en particular.

La auténtica función de la "Zona X", nos es, casi completamente desconocida: lo que se sabe, es que, junto con el Templo de la Luna (y otros templos aún sin descubrir, en sus proximidades), constituían una serie de "huacas", destinadas a oscuros y secretos rituales incásicos, de los cuales hoy se conoce poco (salvo por muy contadas personas) La colina fue modificada por la mano del hombre con propósitos específicos, con la finalidad de potenciar la tremenda energía que emana de este lugar: si dichas modificaciones son realmente escasas, es por que los incas sabían que era lo justo y necesario. La forma de casi una pirámide en tres niveles, hizo que fuese considerada como un "sekke" o templo ancestral, por los seguidores de la denominada "Cosmogonía de los tres mundos" (teoría surgida en la década de los 70's, la cual hablaba de tres grandes "mundos" o "civilizaciones" pasadas, surgidas del contacto con extraterrestres); dichas suposiciones son verdad en parte.

La serie de cuevas que recorren este ancestral templo constan en su interior de hornacinas que, al igual que en el Templo de la Luna, cumplieron importantísimas funciones ritualísticas en el pasado; asimismo, una de estas cuevas, la cual desciende, para luego obligarnos a subir, conduciéndonos a la cima de la colina, nos permite revivir el ancestral rito del "renacimiento espiritual", tras entrar en contacto con la divinidad (nuestra propia divinidad, dentro de nosotros) Pero el mayor enigma y el verdadero poder de la "Zona X", es la potente energía que despide todo el complejo: ya sea internándose en sus cuevas, como recostándose en sus entrañas o sentándose respetuosamente en su cima, cualquier visitante podrá pericibirla: los testimonios se han dado por cientos: una conexión espiritual intensa, "voces", "melodías" surgidas de la nada,... la clarísima senación "de no estar solos"; asimismo, no son infrecentes los que atestiguan el vivir distorsiones espacio-temporales, las cuales se manifiestan notoriamente, al revisar el paso del tiempo en nuestros relojes.

Muchos peruanos y extranjeros se sienten privilegiados si logran tocar el Intihuatana de Macchu Pichu,... pero los escasos visitantes de la "Zona X" son los que sienten esa "extraña voz interior" que te parece decir: "ésta es la respuesta que buscabas",...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Qarqacha o Jarjaria




El Qarqacha (Jarjaria es su nombre más castellanizado),.es comúnmente considerado como un ser de este mundo; es un ser antisocial, y que se transforma de noche. Ligado a las fuerzas ocultas de la naturaleza, pero también el qarqacha está generalmente ligado al incesto. Es un individuo que ha tenido relaciones sexuales con un pariente o puede ser también el cura que tiene relaciones con su sirvienta. Son pues castigados de «esta vida»: personas castigadas por Dios durante la vida y que de noche se convierten en animal y asustan o agraden a la gente. Generalmente se transforman en llama, aunque también pueden convertirse en algún otro animal domestico -con excepción del cordero, ya que este es considerado un «animal puro»-, o en alguna deformación zoológica: burro con cuernos, llama con dos cabezas, mitad hombre mitad llama, etc.

El grito del Qarqacha es aterrador. Se parece a una risa que queda expresada con la onomatopeya qar-qar-qar, y de donde viene el nombre. Los perros reaccionan ante su presencia de diversas maneras: aullando, ladrando o bien atacando valientemente, mientras que los hombres se aterrorizan y a veces se ponen a rezar. Para atacar al qarqacha hay que hacerlo en grupo y lacerarlo con una cuerda, generalmente hecha de lana de llama. El crucifijo es una gran protección, lo mismo que todo objeto de metal como las hachas, picos, barretas. El grupo intentara coger al Qarqacha y esperar que tome en el día su forma original para conocerlo y hacerle pasar vergüenza (castigo tradicional en el ande) Muchas veces los Qarqacha capturados ofrecen riquezas a cambio de que los suelten, ya que ellos también conocen los tesoros ocultos en el subsuelo.

La leyenda de los Qarqacha tiene un mensaje moral evidente: evitar el incesto. No hay que entenderlo en el sentido de una moral puritana individual; es porque las relaciones sexuales entre parientes cercanos amenazan el orden social, son peligrosas y producen espanto y repudio. En efecto, la organización de la comunidad andina se basa en las relaciones de reciprocidad que suponen que en las leyes de parentesco y alianzas entre familias, sean perfectamente definidas y respetadas.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Chilca y la playa León dormido




La zona de Chilca y la próxima playa de León dormido se cuenta entre uno de los principales y más emblemáticos lugares de avistamientos OVNI en el territorio peruano. Ambos lugares saltaron a los anales de la ovnilogía mundial en la segunda mitad del siglo pasado cuando Sixto Paz inició en estos parajes las ya famosas sesiones de contacto con extraterrestres, a cargo del grupo Rama, siendo testigo de las mismas J.J.Benítez, quien publicó posteriormente uno de sus primeros libros "SOS a la humanidad".

Según algunos de los contactados, existiría una base submarina de OVNIS en las costas de Chilca, desde donde despegan para sus vuelos por el Perú; algúnos pescadores de la zona también aseguran haber ver visto extrañas luces emerger del mar a altas horas de la madrugada causandoles mucho temor. Actualmente se encuentran asentados en Chilca, varios grupos de investigadores quienes monitorean constantemente los cielos en busca de más evidencias, las cuales ya se cuentan por cientos, esfuerzo en el cual incluso cuentan con el apoyo de la municipalidad local.