miércoles, 3 de septiembre de 2008

Criaturas extrañas del misterioso Japón


Para todos –en especial para los más jóvenes-, no es raro que cada año lleguen desde el país del sol naciente, todo un universo de criaturas fantásticas que, al poco de ser vistas en nuestras pantallas de televisión o videojuegos, se vuelvan la moda del momento, los juguetes preferidos de los engreídos de la casa, o el tema de los videojuegos más populares. Cuando se habla sobre criaturas no catalogadas por la ciencia, investigadas por los Criptozoólogos, todas las miradas del mundo se dirigen de inmediato hacia Escocia (el monstruo del Loch Ness), el Tíbet (el Yeti), o Estados Unidos (el Bigfoot). Hasta hace poco tiempo, Japón sólo era relacionado con monstruos gracias a su poderosísima industria del entretenimiento,… y así fue hasta el 24 de enero del año pasado, cuando de las profundidades del mar nipón surgió una criatura procedente del abismo de los tiempos: un tiburón considerado como un fósil viviente; el “filled shark” como fue denominado inicialmente, no solamente fue avistado, sino filmado y posteriormente capturado por los oceanógrafos del Parque Acuático de Shizuoka.


A partir de ese momento, el mundo criptozoológico volteó su mirada hacia la potencia de oriente, sobre todo tras observar que los científicos japoneses más reputados y los medios de comunicación nipones, no tienen remilgo alguno, a la hora de mostrar una sana política de apertura, a la hora de investigar lo insólito.


La “fauna misterios japonesa”

Un rápido repaso al Japón del siglo XXI en el terreno criptozoológico, nos deja más que impactados: no solamente existen una amplia lista de criaturas desconocidas, viviendo dentro del territorio de la nación más adelantada del mundo, sino que para el japonés común y corriente, su existencia es indiscutible, y no es para menos, ¡si los han estado observando, en muchos casos, desde hace varios siglos!!!; repasemos pues, la fantástica fauna nipona de criaturas misteriosas: descartando los que son producto de “leyendas urbanas”, y los seres mitológicos nipones que pertenecen por completo al terreno de lo fantástico, se han contabilizado un mínimo de siete criaturas misteriosas que han estado o que están presente aún, en determinados lugares del territorio japonés: el “Hibagon”, el “Tsuchinoko”, el “Kusshii”, el “Isshii”, la “Serpiente Gigante del Monte Tsurugi”, el “Takitaro” y el “Kappa”.


Conoceremos una por una, las sorprendentes historias de cada una de estas criaturas: para muchos, podrían ser nada más que productos de la imaginación de los habitantes de una sociedad muy adelantada, pero que aún mantiene un estrechísimo vínculo con sus creencias ancestrales, y tal vez ese debería ser el caso, salvo, claro está, que como podrá descubrir el lector, en más de una ocasión estos seres no solo han dejado plasmado su paso por este mundo, en registros fílmicos o fotográficos, sino que en más de una ocasión lo han hecho, frente a los sorprendidos ojos de profesionales altamente calificados y científicos,…


El Hibagon

Es un homínido similar al “Bigfoot”, y que habita en las proximidades del Monte Hiba en el norte de la prefectura Hiroshima; este “abominable hombre de las nieves” nipón, ha estado presente en la mitología japonesa por muchos siglos (existe una amplia colección de antiguos grabados japoneses, que retratan al Hibagon), y fué considerado por mucho tiempo como una leyenda, hasta que decidió hacer su aparición.


De acuerdo a los numerosos encuentros visuales ocurridos a principios de los 70’s, el Hibagon alcanzaría una altura de entre 1.5 y 1.7 metros y pesaría entre 80 y 90 kg. Está cubierto de una espesa pelambrera negra o marrón (algunos testigos aseguran haber visto una mancha de piel blanca en sus brazos y pecho) y tiene una cabeza inusualmente grande con forma triangular y ojos que transmiten inteligencia.


El nombre Hibagon se lo puso la agencia local de control animal. El primer avistamiento conocido ocurrió el 20 de Julio de 1970 en una zona del monte Hiba muy próxima a la frontera con la prefectura Tottori. Tres días después de ese primer avistamiento, la peluda y simiesca criatura fué vista de nuevo caminando rápidamente a través de un campo de arroz en la cercana ciudad rural de Saijo. Se produjeron un total de 12 avistamientos de la criatura ese año y en Diciembre se encontraron sus misteriosas pisadas en la nieve.


Al parecer debido al incremento de la presión humana en la zona durante la temporada de caza la criatura se veía forzada a bajar de la montaña favoreciendo que se produjesen numerosos avistamientos en los veranos entre 1971 y 1973. El 15 de Agosto de 1974, el Hibagon fué finalmente fotografiado cuando se estaba escondiendo tras un árbol y fueron halladas a posteriori varias pisadas de unos 20 cm. de longitud en el lugar. Después de que se tomara esta foto, el Hibagon solo ha podido ser visto en un par de ocasiones más, una en 1980 y otra en 1982 antes de desaparecer para siempre.


Si bien se podría considerar que esta criatura podría estar extinta, el Hibagon podrá haber desaparecido hace mucho tiempo,.. pero los residentes de Saijo no lo han olvidado: dicha ciudad lo ha adoptado como su mascota, ¡las tiendas de souvenirs venden huevos de Hibagon y otros dulces con forma de simio que recuerdan a la criatura!!.


Para muchos, esto último sería una muestra de que este ser pudo ser creado por algunos interesados en buscar atraer el turismo a la zona de las apariciones, o de crear tal vez una imagen pintoresca, para luego obtener pingues ganancias con un bien planificado “merchandising”, pero hay algunos datos que no podemos obviar: la primera, es que la Prefectura de Hiroshima cuenta ya desde hace mucho antes con una intensa actividad turística, y en la cual el Hibagon no llega a ser más que un pie de página, y la segunda –y la más importante-, que su presencia en la zona ha sido registrado en grabados de los siglos XVII en adelante.


¿Habremos visto lo último del Hibagon, el Bigfoot japonés?, ¿se habrá ocultado en la bruma del tiempo para no volver jamás?, esperemos que no sea así. A pesar de los años transcurridos desde que se tomó la única y borrosa fotografía de esta esquiva criatura, los criptozoólogos japoneses aún no pierden las esperanzas de encontrarse con el Hibagon de nuevo. Pacientemente, aún se agolpan, en grupos raleados, portando tecnología de punta, acechando por los senderos del Monte Hiba, esperando que la montaña misterios, les permita atisbar aunque sea por un pequeño instante, a su más famoso y enigmático habitante,…

(CONTINUARÁ,…)

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