Publicidad

martes, 21 de agosto de 2012

Casas embrujadas de Puerto Rico: la casa de la “tejedora sin brazos”


Cuenta la leyenda urbana que en esa casa, propiedad de una familia de apellido Chuck, funcionaba una especie de escuelita en la parte trasera hace 70 años. En la década del ’40, una mujer que trabajaba allí murió misteriosamente y desde el momento de su muerte, el espíritu nunca se fue y se quedó vagando. Los vecinos dicen que se acostumbraron a ver una mujer sin brazos, que teje en la puerta de la vivienda ubicada sobre calle Urquiza, metros al norte de Pedro de Valdivia.

“El problema acá es la noche. Todos hemos sentido ruidos que salen de la casa, estamos muy acostumbrados. Mi hija me contó que vio a la mujer que teje sin brazos en la puerta de la casa a eso de las ocho cuando pasaba en bicicleta”, contó Alicia Ortiz de Moreno, una señora que vive a dos casas del lugar.

El fantasma es de una mujer anciana, que usa rodete. “El espíritu lo han visto en el frente de la casa. La señora está sentada tejiendo. Las agujas flotan en el aire y nada más se sabe sobre ella”, relató Alicia.

El chillido del portón cuando se abren las rejas recibe a todo aquel que desee ingresar a la casa. Como no hay puertas, porque están todas rotas y saqueadas, el acceso es sencillo por la parte de atrás. Es difícil no sentir un escalofrío al pasar. Las paredes tienen mensajes satánicos escritos en color negro, alertando sobre presencias malignas en esa casa que todavía goza de una arquitectura exquisita a pesar del añejo abandono.

La cocina es el primer lugar que uno debe atravesar para llegar al que fue el living. Un coqueto empapelado de color oro y crema llama la atención, pero inmediatamente, cuando la vista hace foco, se observan las letras del tan temido juego de la copa. Otras inscripciones haciendo alusión al diablo se ven en el lugar, que provoca sensaciones terroríficas al visitante.

Al lado del living hay un garaje que tiene un baño en su interior. Este estilo, para la antigüedad de la vivienda, demuestra que quienes la construyeron tenían un poder adquisitivo destacado. Allí también los empapelados tienen inscripciones satánicas, que aluden a juegos de magia negra, según contaron vecinos a Tiempo de San Juan, quienes no quisieron entrar al lugar por miedo.

En la parte central de la vivienda hay una escalera. Una leyenda escrita con crayón negro advierte: “El que tira de la cuerda, no podrá salir jamás”. Cada peldaño se hace interminable, porque por más que se pretenda no sentir nada, el miedo invade cada paso que lleva a la parte superior de la casa. En los escalones hay hasta bolsitas con sal que anticipan un panorama aún más tenebroso que en la planta baja.

Son tres las habitaciones que hay arriba. Hay distintos tipos de escritos y hasta hay dibujado un macho cabrío gigante en una de las paredes. Apenas los zapatos se ponen en contacto con el suelo, se siente un crujido que mete miedo. En una de las piezas hay un par de guantes tirados, pegados de un dedo. Es un ritual para atraer al ser amado que se fue con otra mujer,dicen los vecinos, que parecen expertos en estos rituales.

Un pasillo sin luz conduce a los otros dos cuartos. Ambos iguales de tenebrosos. Techo a dos aguas, dos ventanitas en las partes frontales de las habitaciones, que dan a la calle. Todo la atmosfera le provoca a quien visite esta tenebrosa casa que parezcan horas en vez de escasos minutos los que se encuentra dentro.

Según contaron los vecinos, ya se acostumbraron a vivir con miedo. Los “brujos” que cumplen con trabajos malignos son los principales visitantes de la casa. Llevan velas e invocan espíritus del infierno. Pero ellos no son los únicos que van a la vivienda, ya que dicen que algunas parejas enamoradas sin dinero entran a la casa a darle rienda suelta a su pasión. Hace apenas una semana, tuvieron que llamar a la policía para que saque a dos jóvenes que ocuparon la casa como albergue transitorio.

Los que no se acostumbran para nada son los obreros que trabajan en la construcción de departamentos al lado de la tan temida casa embrujada. “Nosotros nos vamos apenas anochece, no queremos estar acá, nos dicen que hay brujas, que funcionaba una escuela. Por eso le dijimos a nuestro patrón que trabajamos acá siempre y cuando nos vayamos apenas oscurezca”, contó uno de los jóvenes trabajadores que cumple tareas en el terreno lindero.

“Guarda, váyanse que va a salir la bruja”, gritó un vecino en bicicleta que pasó por el lugar al tiempo que su imagen se desvanecía en la lejanía. Fueron esas palabras las que le pusieron fin a la visita.

(FUENTE: tiempodesanjuan.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails