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jueves, 1 de marzo de 2012

Los italianos confían en la magia ante la crisis


«Año bisiesto, año funesto». Esta es una de las muchas supersticiones del imaginario de muchos italianos, en un país donde hacen gran fortuna magos, ocultistas y apasionados a la cartomancia y quiromancia. Cada año, más de 12,5 millones de italianos (35.000 al dia) consultan videntes y curanderos.

El horóscopo es una de las secciones más seguidas en todos los medios informativos. Al menos 15.000 personas trabajan en este sector, un negocio que representa 6.000 millones de euros al año, habitualmente «oculto» a la hacienda pública, según el Informe anual Antiplagio. Y la crisis es cómplice del aumento de las supersticiones y del interés por lo mágico. «Si hasta hace pocos años era una minoría, hoy tres italianos de cada diez son posibles presas de magos, ocultistas y de juegos de azar», según Stefano Pallanti, director del Instituto de Neurociencia de Florencia.

«Todo es culpa de la mentalidad mágica –añade Pallanti-, una visión de la realidad que une a personas distintas, desde el ejecutivo al ama de casa, y que aumenta especialmente en tiempos de crisis. Es la misma mentalidad que nos hace creer en los amuletos y en los sueños».

Se trata de una «trampa» particularmente potente en las fases de crisis económica, como han evidenciado los estudios de Daniel Kahneman, el psicólogo y Premio Nobel de Economía en el año 2002: cuando la crisis económica empeora, más se acentúa la tendencia al pensamiento irracional y a asumir ciertas creencias como verdades. Cuando la estafa viene descubierta (solo 4 de cada 10 víctimas presenta denuncia), los delitos que se juzgan van desde el fraude al ejercicio abusivo de la profesión médica, pasando por la extorsión. La edad media de las víctimas es de 42 años, el 51 % son mujeres, el 38 % hombres, y el resto adolescentes.

Curandero a bastonazos
Fingiéndose cliente, un periodista televisivo, con cámara oculta, acudió a un célebre mago en la provincia de Ragusa (Sicilia) que afirma poder curar la sexualidad. Después de echarle las cartas, el mago le explicó que la cura consistía en un rito muy costoso que se debía hacer en algunas iglesias desconsagradas con una foto de la persona que solicitaba ayuda y agua bendita. Cuando el periodista le reveló su identidad mostrándole una cámara para entrevistarlo, el mago curandero la emprendió a bastonazos. Tras la correspondiente denuncia, los carabineros secuestraron el estudio y toda la abundante parafernalia publicitaria del mago.

(FUENTE: abc.es)

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