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viernes, 8 de enero de 2010

Descubren 18 momias en cueva en Chihuahua (México)


Jóvenes buscaban tesoros
Cerca de 18 momias con una antigüedad de al menos 200 años fueron encontradas en la "Cueva del Gigante", en el rancho El Manzano, a unos 40 kilómetros de La Junta.

El reciente hallazgo, que indica se trata de un cementerio con antigüedad de aproximadamente dos siglos, despertó mil conjeturas, pero también la famosa Leyenda del Gigante que devoraba a niños, al que un día tuvieron que envenenar por su peligrosidad.

Son al menos 18 momias, aunque al parecer por la profundidad del suelo de la Cueva del Gigante puede haber más, que fueron halladas cuando tres jóvenes lugareños usaban un aparato buscador de tesoros y empezaron a notar señales extrañas. Al momento de ir excavando encontraron cuerpos momificados de niños, hombres, mujeres y animales.

Johnatan Fernando Cera Armendáriz, Roberto Carlos Campo Hernández y Henry Alem Hernández Rascón nunca imaginaron lo que encontrarían, lo que en un principio fue una alerta policiaca y militar, puesto que se pensaba que eran 18 ejecutados y escondidos en la cueva que se encuentra en el rancho El Manzano, a unos 40 kilómetros de La Junta, Chihuahua.

A una altura de unos 10 metros, como si fuera la boca del monte más alto del lugar, accediendo por una peligrosa repisa, se encuentra la caverna. En el piso estaban colocadas unas 4 momias, varios cráneos y unos pequeños cuerpos como de bebés, aunque con una dentadura muy desarrollada, lo que hace creer por otra parte que se trataban de enanos o pigmeos.

Los jóvenes que iniciaron la aventura dijeron que el hallazgo lo hicieron el pasado lunes, cuando supusieron que hallarían un tesoro, de esos que cuentan en tantas narraciones de los lugareños y que corren leyendas de cómo grandes fortunas, producto de asaltos o de la Revolución, fueron enterradas en socavones o precipicios de esa pequeña sierrita.

Lo primero que sacaron a la superficie fue una olla de barro que contenía cenizas y huesos, y al ir excavando se dieron cuenta de que eran cuerpos momificados, unos 18 que se encontraban ubicados de manera circular, como si fuera un antiguo cementerio.

"Había dos cuerpos, como de una pareja y en medio un cuerpo pequeño envuelto en una manta de palmilla, y llamó la atención que uno de los cuerpos mostrara su cráneo deformado como por un golpe y la pequeña momia de lo que pudiera ser un pequeño roedor", expresó Johnatan.

Dijo que unos cuerpos se encontraron encima de otros, como si hubiera diferentes niveles separados con una capa de barro, cáscaras de pino y palmerillas tejidas; hubo otro casi al ras del suelo atado de pies y manos.

El reporte que se dio a las autoridades en un principio se tomó como una alarma, al suponer que se trataban de ejecutados y encobijados, por lo que acudieron unidades de ministeriales, municipales, militares y el alcalde de Guerrero, quienes resguardaron el lugar en espera de especialistas antropólogos que pudieran determinar la dimensión histórica del hallazgo.

La leyenda del gigante
El señor Cera es un anciano de 85 años y vive a unos metros de la cueva y del monte del Gigante. Dice que sus ancestros, pero principalmente los tarahumaras más viejos, hablan sobre la existencia de El Gigante, un ser descomunal que vivía en la cueva, tan alto que tenía que entrar agachado y lo podían ver desde varios kilómetros.

En aquella época, que calculan fue hace unos 300 años, El Manzano era sólo un pedazo de sierra donde residían familias indígenas que tenían que alimentar al Gigante, que era pacífico, pero en un año de mala cosecha empezó a devorar a los animales y luego a los niños.

Decían que los buscaba y al encontrar alguno de su gusto lo aventaba al cielo para que cayera en el filo de una lanza que clavaba al suelo, ahí lo dejaba morir y luego se lo comía.

La comunidad, viendo que cada vez era más peligroso y podía terminar con todos, decidieron envenenarlo dándole chilicote, una especie de frijol venenoso y que lo combinaron molido con alimentos para que lo comiera. Fue ahí que terminó la vida del Gigante, que fue llevado por los gringos para estudiar su organismo.

Una cueva del romance
Otras historias más recientes se remontan hace unos 30 años, cuando de jóvenes el reconocido Tío Beto y su entonces novia Nelly recorrían el lugar en sus paseos románticos.

"Nunca imaginábamos que en esa búsqueda de esos parajes románticos -dice el Tío Beto- estábamos prácticamente sentados sobre las momias", y a manera de risa señala que bien podrían filmar la película Amor Sobre las Momias.

Luego vuelve a la seriedad contando que las leyendas del lugar corren de boca en boca, como lo es el Gigante que devoró personas y animales, y no descartan que esas momias hayan pertenecido a esos cuerpos que el extraño ser devoraba, pues hay hasta cadáveres del tamaño de un niño.

Pero tampoco dejan la idea de que se trate de un cultura antigua y que el hallazgo sólo sea la profanación de un cementerio que ellos utilizaban, aunque llama la atención de la altura de la cueva de cómo hay dibujos rupestres y algunos arreglos, como que había separaciones de barro o habitaciones, además de que el techo ahumado indicaba que constantemente tenían el calor de las fogatas.

El aviso a las autoridades está dado por la familia Erives Cera, propietaria de los terrenos, donde si antes hubo siembra, hoy son extensiones erosionadas que ya perdieron mucho de bosque, pero en el tiempo es rico en leyendas como la de tesoros, asaltantes y ahora de la existencia de momias.

(FUENTE: El Heraldo de Chihuahua- oem.cim.mx)

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