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sábado, 23 de agosto de 2008

"Dar tierra de muerto"


“Dar tierra de muerto”
Entre los rituales de destrucción más famosos, conocidos y utilizados en nuestro país se encuentra este. Si bien es temido por su letal eficacia, un análisis imparcial y muy detallado de la forma de realizarlo y los efectos que ocasiona, lo coloca en el área de los envenenamientos, y en este caso particular, casi al nivel de una suerte de guerra bacteriológica.

Como ya he mencionado, este tipo de “Daño” se realiza haciendo ingerir a la víctima un compuesto elaborado por un hechicero o brujo negro, y que tiene por principal ingrediente tierra y materias en descomposición procedentes de una tumba. A pesar de la creencia popular sobre que es el poder del brujo, aunado a la alma del muerto, es lo que producen el desenlace fatal, la verdad es que el responsable de este envenenamiento es una bacteria denominada Bacillus anthracis que produce una enfermedad infecciosa conocida como ántrax o carbunco. También se le conoce como ántrax maligno o pústula maligna.

Esta enfermedad, que ha sido utilizada como arma biológica en nuestros tiempos, paradójicamente, es una de las más antiguas conocidas por el hombre: tal vez esta sea la razón por la que sus terribles efectos fueron conocidos y luego malamente aplicados por los brujos negros desde mucho tiempo atrás. Ataca principalmente a animales de sangre caliente, incluidos los seres humanos; se adquiere la enfermedad a través de la ingestión de alimentos contaminados provenientes de animales infectados por la picadura de insectos chupadores de sangre, la inhalación de esporas de la bacteria, a través de los cortes o abrasiones de la piel y afecta principalmente a personas que manipulan cadáveres o que tienen contacto con heces de animales infectados.

En las personas, hay tres formas en que se presenta la enfermedad: cutánea, pulmonar y digestiva. La forma externa o cutánea es la más frecuente ya que representa el 95% de los casos. Se contrae a través de los cortes. Se caracteriza por la aparición en la piel de unas úlceras, con el centro negro, conocidas como “pústulas malignas”. Resulta mortal en un 20% de los casos que no reciben tratamiento.

El carbunco pulmonar se adquieren mediante la inhalación de esporas o por el consumo de carne contaminada y suponen el 5% de todos los casos de carbunco que se detectan. En su fase inicial, los síntomas de la forma pulmonar, conocida como enfermedad de los cardadores de la lana, son parecidos a los de las enfermedades respiratorias virales, pero en días posteriores aparecen graves dificultades respiratorias. El carbunco por inhalación presenta una alta tasa de mortalidad a menos que la persona haya sido vacunada o el tratamiento con antibióticos comience muy pronto, excepto en los casos que evoluciona la enfermedad con mucha rapidez.

El carbunco digestivo está provocado por el consumo de carne ó alimentos contaminados -que es el caso de este tipo de “Daño”-, los síntomas son nauseas, vómitos, dolor abdominal y fuertes diarreas. En el carbunco digestivo tratado a tiempo, la tasa de mortalidad es aproximadamente del 50%. Tanto el carbunco pulmonar como el digestivo son los que se manifiestan al recibir un envenenamiento de este tipo; es posible curarlos con un tratamiento adecuado. Muchas veces, lamentablemente, la víctima o sus familiares recurren primero a un curandero antes que a un hospital, cambiando de tratamiento cuando ya es demasiado tarde, pues puede ser mortal de forma casi inmediata en casos agudos ó en un período de tres a cinco días en caso de envenenamiento parcial.

Cuando la enfermedad llega al nivel de toxemia (presencia de toxinas o materiales tóxicos en la sangre), la cual se da en casos terminales, les es muy difícil a los médicos (salvo que sean especializados en el tema), poder detectar la enfermedad con precisión, por lo que la rapidez a la hora de llevar a la víctima a un hospital es vital.

No es raro que algunos brujos negros utilicen, junto con la “tierra de muerto”, algunos tipos de venenos poco conocidos, dificultando así aún más la curación de la víctima, aunque individuos con ese nivel de conocimientos son más bien muy escasos.

Si bien se han dado casos de curaciones mágicas y por medio de la fe en este tipo de envenenamiento, lo más seguro es recurrir a la ciencia médica en estos casos; ya se conocen actualmente antídotos eficaces.

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